GOLPE Y ESTADO EN VENEZUELA (1992)
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En este libro Arturo Uslar Pietri se refiere a la
historia política venezolana, pero centrando su pluma sobre el golpe de Estado
de 1945 que sentó un precedente nefasto en la construcción de la República, y
en la sangrienta intentona de Hugo Chávez en 1992. Al mismo tiempo que alaba el
plan de Carlos Andrés Pérez para desarrollar una economía de mercado plena y
liberarnos del Estado todopoderoso y protector que califica de socialistoide ,
también critica la manera cómo trató de hacerlo que conllevó a las protestas .
En ese contexto pide la renuncia de CAP para darle un nuevo rumbo al país.
Solicita , junto con otras personalidades, la renuncia de los magistrados de la
Corte Suprema de Justicia para reorganizar el Poder Judicial. Lo curioso es que
entre los solicitantes están José Vicente Rangel, Aristóbulo Isturiz y Tarek
Willian Saab, entre otros destructores de la Patria que se guardaron su lengua
ante el desastre que continúa hasta nuestros días.
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AUP afirma que Juan Vicente Gómez impulsó el país al
pacificarlo lo que permitió la creación del Ejército Nacional, la unificación
del territorio con una red de carreteras y la organización de la Hacienda
Pública. Los venezolanos deberíamos hacer lo que hacen los rusos que aprecian a
Iván el Terrible por las cosas buenas que hizo, remata el escritor.
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Nuestras constituciones son un listado de buenas
intenciones que copiaron muchos artículos de la Constitución Norteamericana y
de las declaraciones de la Revolución Francesa. El mismo Simón Bolívar dijo que
eso sólo servía para crear una República aérea . La realidad política no se
cambia haciendo leyes idealistas.
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A nuestros países llegan ideologías que ya han pasado
de moda en Europa o cuando la práctica demuestra su inviabilidad. Así es el
marxismo que no es más que una copia de la historia de Robin Hood: quitarle al
que tiene para darle a los pobres, con el agravante de que el pobre se
acostumbra a esas limosnas y termina conformando ua nueva clase social
parasitaria. Los líderes de esas ideologías intentan someter la economía de un
país a sus dictados voluntaristas ignorando las leyes del mercado. Son como el
rey Canuto que le ordenó al mar que detuviera sus oleajes , y casi se ahoga por
despreciar las leyes de la naturaleza.
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Un Estado sólo debe controlar ciertas áreas de la vida pública, permitir el libre
mercado , la propiedad privada la inversión extranjera e implementar planes
sociales para aliviar la carga de los más necesitados.
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En conclusión, el Estado venezolano necesita una
reforma profunda no sólo el aspecto económico sino también en el social,
político, cultural y hasta espiritual.