viernes, 29 de noviembre de 2024

10. HUMILLADOS Y OFENDIDOS.

 

10

HUMILLADOS Y OFENDIDOS


 

1

Los venezolanos somos HUMILLADOS Y OFENDIDOS todos los días como los personajes de la novela de Fiódor Dostoyevski  llamada así, y que leímos con  gran entusiasmo, en su idioma original, en nuestra juventud.

2

La desaparición de los productos alimenticios básicos se ha convertido en un verdadero drama consuetudinario. Las enormes colas bajo el sol o bajo la lluvia  son un cuadro patético insoportable de nuestra crisis humanitaria.

3

Hace unos días me llama un amigo y me dice “en el  supermercado tal (antes gran tienda de comestibles y ahora raquítico establecimiento con estantes vacíos)  están vendiendo  dos paquetes de macarrones y dos frascos de aceite por persona”.

4

Hago una cola de dos horas mientras con fruición cuasi infantil sostengo mis rubros regulados. Creo que ni Arquímedes estaba más contento que yo cuando gritó ¡Eureka!

¡De estas pequeñeces se teje la vida del venezolano de ahora!

5

Pero al llegar mi turno bien pude cantar  con Emmanuel: todo se derrumbó dentro de mí.

No pasé la prueba, no funcionó el captahuellas, el pase estaba vencido, etc. Me pidieron un montón de documentos, revisaron cédula y  certificados. Me dirigí a todas las instancias: vendedores, jefes, jefes de jefes y más jefes. Pero la respuesta definitiva fue que no tenía derecho a comprar.

Me sentí un personaje dostoyevskiano: vencido, humillado, ofendido. La literatura sirve para torturarse, decía Argenis Rodríguez. Cortésmente,  le di las gracias a la cajera porque uno nunca debe perder el glamur y la compostura. Además, los vendedores no son culpables de esta tragedia monumental en que ha devenido Venezuela.

Al retirarme decidí  escudarme en la resiliencia y seguir considerando “vida” este miserable tránsito de nuestra existencia al que estamos siendo sometidos.

 

 

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