EL
FASCISMO A TRAVÉS DE LOS PASOS DE MUSSOLINI
RESÚMEN
Muchos aspectos biográficos de Benito
Mussolini sirven para entender la esencia misma del fascismo, no sólo en su
contenido sino también en su forma; y es que el Duce siempre trató de crear su partido
a su imagen y semejanza. El fascismo italiano impulsado por Mussolini será el
modelo a copiar por otros líderes y movimientos autodenominados revolucionarios
en diferentes tiempos y latitudes. Tendrán algunas diferencias pero, por lo general,
tendrán muchas semejanzas y convergerán todos en un punto: el interés por la historia, su reinterpretación y su uso
como bastión para alcanzar sus objetivos políticos por cuanto los consideran
una consecuencia lógica de un pasado glorioso. La historia, entonces, aunque
descontextualizada, para los fascistas es el motor que inspira sus ideas y
acciones en aras de lograr los cambios sociales que propugnan.
PALABRAS CLAVE:
Mussolini –Biografía-Fascismo-Historia.
ABSTRACT
Many biographical aspects of Benito
Mussolini used to understand the essence of fascism, not only in content but
also in form, and the Duce is always tried to create his party in his image and
likeness. Italian Fascism Mussolini will be driven by the model to be copied by
other self-appointed leaders and revolutionary movements in different times and
places. They will have some differences but usually have many similarities and
all converge on one point: the interest in history, reinterpretation and use as
a bastion to achieve their political goals because they are considered a
logical consequence of a glorious past. The story, then, but decontextualized,
for fascists is the engine that guides their thoughts and actions in order to
achieve social change advocate.
KEYWORDS:
Mussolini-Bio-Fascism-History.
Benito
Mussolini nació el 29 de julio de 1883, hijo de un herrero y de una maestra, en
un caserío, Verano dei Costa; por tal razón afirmaba cuando sus biógrafos
oficiales lo presentaban como un hombre de alcurnia para adularle: “Soy un
hombre del pueblo y por eso comprendo también a los hombres del pueblo: yo soy
uno de ellos”. El nombre se lo dio su padre en honor a Benito Juárez.
Su
familia era pobre que él mismo afirmaba que comía unas verduras al mediodía y
unas legumbres en las noches. La carne, muy escasa, la veía en sopa los
domingos. Ingresó en un colegio privado de los Salesianos de Faenza, pero fue
expulsado a los dos años por su mal comportamiento: constantemente peleaba con
sus compañeros y nunca perdonaba las ofensas. A los dieciocho años se graduó de
maestro. Pronto se creyó revolucionario y ateo hasta el punto de apedrear a su
madre y a su hermano para que no entraran a la iglesia. En una ocasión quiso
demostrar la inexistencia de Dios: puso su reloj sobre una mesa y gritó al
cielo : “Dios, si existes mátame en cinco minutos”. Luego de pasado el tiempo
estipulado afianzó más su ateísmo.
El trabajo de maestro lo desempeñó brevemente.
Viajó a Suiza donde trabajó de albañil, carnicero y vendedor de vinos. Le fue
mal y pidió limosna. Cuando las cosas empeoraron una vez le arrebató la comida
de las manos a unas inglesas. En esa época tenía en su cuello una cadena con la
efigie de Marx a pesar de no haberlo leído nunca.
Por
ser antimilitarista se negó ir al ejército. Fue declarado prófugo y condenado a
un año de cárcel. Luego en 1904 fue indultado y cumplió con el servicio
militar. Empezó a escribir una novela por entregas para los diarios La amante
del cardenal ,Novela histórica anticlerical. En 1912 está con el Partido
Socialista Italiano y dirige su periódico Avanti de Milan. Cree en la lucha de
clases, odia a los burgueses y rechaza las guerras. La guerra es la gran
traición, decía. No le interesaba el dinero: nunca aceptó salario por sus
servicios al Estado, ni como diputado ni como primer ministro ni como
presidente de la República de Saló. Vivía de sus artículos periodísticos.
Cuando en 1914 nota que hay muchos partidarios
italianos de la guerra, Mussolini en unos días deja el pacifismo, se declara
neutral y en cuestión de horas se hace belicista. Desde entonces, sin ningún
pudor, dirá una cosa y hará otra alegando que sólo los locos y los muertos no
cambian de idea. Por ese giro brusco el partido lo expulsó y lo destituyo del
Avanti. Lo llamaron judas y le lanzaron monedas en la cara. El decía “ustedes
me odian porque me aman” y “soy fuerte precisamente porque estoy solo”.
Funda en 15 de noviembre de 1914 Il popolo
d`Italia, diario socialista, con el apoyo secreto del gobierno italiano y de
los socialistas franceses. Elogia la guerra y dice: “La propaganda antiguerrera
la ejercen los bellacos: los curas, los jesuitas, los burgueses, los
monárquicos”. La guerra era necesaria para solventar los problemas económicos
de Italia y evitar la revolución. Mussolini ataca en sus escritos a sus
opositores: “Los neutrales jamás dominaron los acontecimientos, sólo los
sufrieron...Solo la sangre pone en movimiento la rueda sonora de la Historia”
Inaugura un nuevo estilo de hacer política: el de la violencia. Los opositores
serán atacados físicamente y sus periódicos destruidos.
En
1918 participa en la guerra contra Austria y es herido tras la explosión de una
bomba. Se sentía orgulloso “de haber enrojecido el camino”(en realidad fue
herido en segunda línea) y proclama que todo hombre que ha combatido y ha
sufrido está por encima de los demás, como adelantándose a futuros cobros que
hará a la patria por sus servicios. Explica cómo se imagina al gobernante
ideal: “Un hombre feroz con la energía suficiente para destruir, la
inflexibilidad para castigar, para golpear sin titubeos”.
La guerra convirtió al país en escenario de
protestas sociales, huelgas y hambrunas. Los soldados cazaban ratas en las
cloacas para paliar el hambre. Mussolini aprovecha su periódico para hacer
propaganda a su favor atacando las injusticias. Su arma será la repetición de
una misma consigna basada en injurias hacia sus opositores, quienes no son más
que apestosos, sifilíticos, escleróticos, bastardos e idiotas.
El 11 de enero de 1919 saboteó un acto
político de sus opositores a quienes humilló y no dejo hablar en el Teatro
della Scala de Milán. Entendió “que un pequeño número de hombres podía
cómodamente imponer su ley por la violencia”. El 23 de marzo de 1919 funda la
primera célula del partido fascista en Milán. El 15 de abril ordena la
destrucción del periódico donde se inicio, Avanti. Explicará que “todo lo que
ha sucedido en el Avanti proviene de un movimiento espontáneo de la masa,
movimiento de los combatientes y del pueblo que ya no soporta el chantaje
leninista”. Esa fecha la incluirá luego en el calendario de celebraciones de su
revolución. El 6 de junio publicó su manifiesto dejando una idea clara:
conquistar el poder aunque costara la guerra civil. Estando en contra de la
revolución, socialista o bolchevique, decidió utilizar de todos modos la
palabra revolución para atraer a las masas y presentarse, falsamente, como “el
paladín de las reivindicaciones de las clases obreras”.
Mussolini se copió del compañero de partido,
Gabriela dÀnnunzio, el estilo de actuar que será el estilo fascista: desfile de
legionarios con los puñales en alto, reuniones en masas, saludo romano, los
eslogans, los aplausos y los discursos, además del fez negro, la camisa negra y
el rencor. El 16 de noviembre de 1919 fracasa en las elecciones que ganan
holgadamente los socialistas. Entonces escribe: “En este mundo las cosas menos
definitivas son las victorias electorales...” Piensa seriamente en dejar la
política. Cree ser muy competente en otros oficios. Se sabe buen albañil, buen
piloto, buen violinista y buen escritor...
En 1920 la situación socioeconómica empeora.
Los obreros toman fábricas e izan banderas rojas con la hoz y el martillo. El
Gobierno es atacado por los socialistas y por eso ve al partido fascistas como
su salvador. El Gobierno permite entonces que los fascistas ataquen a los
socialistas, a quienes rasuran sus barbas. Mussolini declara que el Fascio es
de combate, con armas pacíficas pero también con armas de guerra. Por eso practica
la esgrima. Todos apoyan al movimiento fascista: las autoridades del país, el
ejército y el rey. Los fascistas dicen cosas contradictorias. Unas veces están
en contra de la violencia , y otras afirman que no creen en pactos sino en la
guerra total.
Todos
los que se oponían a los fascistas eran llamados enemigos o bolcheviques y
merecían ser apaleados, rasurados y purgados con aceite de ricino.El típico
fascistas vestía uniforme negro, gorra negra, llevaba porra; sentía que su
deber era agredir al adversario porque eso la hacía importante y “protagonista
del proceso”. Los fascistas se arman y realizan expediciones de castigo,
mientras el Gobierno simula no darse cuenta. Mussolini los dirige pero alega no
tener responsabilidad, echa la culpa a los demás, desprecia el diálogo y arenga
a sus seguidores: “... Para imponer nuestras ideas a los cerebros
recalcitrantes, nosotros tendremos que abrir a son de bastonazos los cráneos
refractarios...Hay que mantener a la violencia necesaria del fascismo dentro de
una línea, de un estilo netamente aristocrático o, si lo prefieren, netamente
quirúrgico”.
En las elecciones del 15 de mayo de 1921
Mussolini con 38 años entra al Parlamento. Admite que los fascistas no están
para discutir sino para ejecutar y deben adaptarse a las circunstancias: serán
aristócratas, democráticos, conservadores, progresistas, revolucionarios,
legalistas, ilegalistas, y cualquier cosa con tal de alcanzar el poder y
mantenerlo. Ahora su discurso cambia y es rico en citas, datos y fechas históricas.
Le tiende la mano a todos y promete reducir el Estado a su mínima expresión.
Pero los compañeros extremistas lo presionan para que no pierda el tiempo
discutiendo con los adversarios. Entonces adopta el doble juego: por un lado
defiende la legalidad de palabra, y por otro incita a los fascistas para que
ataquen físicamente a sus adversarios. Funda el Partido Nacional Fascista (PNF)
que unirá todas las tendencias porque necesitaba un partido único. Pronto el
PNF será llamado simplemente “el partido”. Mussolini, promete sustituir el
Estado por el partido, cuyos resortes controlará a su antojo.
Pronto
el partido único se militariza. La milicia de los camisas negras copia la
nomenclatura militar del Imperio Romano y se estructurará en centurias, cohortes
y legiones. Sus reservas serán los balilla las piccole italiane , niños y niñas
de ocho a catorce años; y los avanguardisti y las giovanni italiane ,jóvenes de
catorce a los dieciocho años. Todos ellos recibirán una preparación ideológica
para que formen parte del ejército fascista.
El 24 de octubre de 1922 se efectuó el
Congreso Nacional del PNF en Nápoles. Los camisas negras deciden tomar Roma. La
marcha sobre Roma del 28 de octubre fue un paseo alegre con pan , mortadela y
café que contó con el apoyo del propio Gobierno y del rey, pero que luego será
convertida en fecha patria con condecoración y todo. Mussolini no participó y
la “dirigió” por teléfono. Los historiadores fascistas dirán que el jefe marchó
“duro y severo, armado de fusil y dispuesto a atreverse a todo”. El 29 de
octubre el rey Victor Manuel III lo invitó para ofrecerle la formación del
Gobierno. Mussolini ahora si es cierto que marchó a Roma pero en coche –cama.
Se presentó ante el rey con un traje viejo y arrugado, por lo que se disculpó
teatralmente: “Ruego a Vuestra Majestad excuse mi vestimenta, pero es que vengo
directamente del campo de batalla”.
Desde
el 30 de octubre Mussolini es el nuevo presidente del Gobierno. Hace correr la
voz de que trabaja todo el tiempo en su despacho y duerme pocas horas como
Napoleón. Sigue el doble juego. Dice respetar la legalidad pero recurre a la
violencia a través de sus camisas negras. Tiene un solo plan: destruir todos
los partidos. El 23 de octubre de 1923 propone al Senado una reforma electoral
tramposa para obtener la mayoría. Luego hace aprobar una serie de decretos y
leyes que limitan todas las libertades de los ciudadanos. A través de la prensa
trata de convencer al pueblo de que todo lo que él piensa y hace, más nadie en
el mundo hubiera sido capaz de pensarlo y hacerlo.
En agosto de1923 una misión de italianos es
asesinada en Grecia. Mussolini ordena atacar a ese país. La Sociedad de
Naciones interviene. Entonces la prensa fascista ultraja a esa organización
internacional y escribe que la Sociedad de Naciones es una institución
grotesca, un fósil del siglo XIX al servicio de Inglaterra y de los ricos de
Suiza. Mussolini vocifera que Italia ya es una potencia y amenaza con atacar a
Inglaterra. Los periódicos hablan demagógicamente del “triunfo” de Italia.
En abril de 1924 los fascistas triunfan en las
elecciones. La propaganda se corre: Mussolini salvó a Italia, es el Padre de la
Patria. El diputado antifascistas Giacomo Mateeotti acusa a Mussolini en el
Parlamento de fraude electoral y pide la anulación de las elecciones. A los
pocos días es asesinado. Todos están horrorizados, pero temen protestar. La
oposición no tiene el valor de actuar o tal vez ya es tarde porque Mussolini
controla todos los hilos del poder. El Duce entiende que las crisis morales
duran poco y al inicio de 1925 declara en el Parlamento que “asume la
responsabilidad política, moral e histórica de todo cuanto ha sucedido. Si el
fascismo ha sido una asociación de delincuentes, yo soy su jefe...”. Ya no
tiene ninguna vergüenza ni pudor a la hora de hablar y es presa fácil de la
verborrea insultante cuando habla de los adversarios y de la soberbia que sólo
el poder absoluto concede.
En
1926 suprime los partidos por decreto, crea la policía política y el Tribunal
Especial para la defensa del Estado. Con estos dos últimos organismos
perseguirá a sus adversarios sin formulas de juicio. Mussolini es un orador que
todos los italianos deben oír por radio y los altavoces. Sus discursos son
frecuentes y los inicia así: “Italianos, aquí estoy, porque no puedo resistir a
la tentación de hacer que escuchéis mi voz”.
Mussolini sustituye el Parlamento por la
calle porque prefiere tratar directamente con el pueblo, y éste solo grita
vivas al Duce y afirma que las cosas marchas mejor ahora sin burocracia de por
medio. Néstor Luján y luis Bettonica dicen: “No se puede leer hoy un solo
discurso suyo sin tener la penosa sensación de que jamás se usaron más palabras
para expresar menos ideas. La indigencia ideológica del Duce produce escalofríos.
Su vana palabrería, si no hubiera tenido tan sangrientas consecuencias, sería
un espectáculo divertido, como ejemplo de la fuerza de persuasión de los más
elementales argumentos sobre la masa”
En 1927 el fascismo creó el Estado
Corporativo que se convirtió en el único legislador y organizador de todas las
actividades económicas. La iniciativa privada fue sometida a “los supremos
interese nacionales”. La libertad sindical desapareció, las huelgas fueron
prohibidas, se elaboró una legislación social y la economía empezó a
recuperarse: se construyeron autopistas, la industria automovilística fue
impulsada y la agricultura se expandió hasta tierras pantanosas. El Duce
participaba personalmente en estas actividades y la prensa lo reseñaba
ampliamente. Él era el primero, por ejemplo, en la recolección del trigo “con
el torso desnudo”, dando el ejemplo de “ferviente participación nacional”.
El Duce se preocupa por todo y el problema
demográfico no se le escapa: los solteros deben pagar un impuesto y las mujeres
con muchos hijos son declaradas heroínas.(Stalin también hará lo mismo).
Mussolini hace que los italianos se sientan protagonistas y parte de la
“máquina que hace la historia”. El funcionario, el empleado municipal,
cualquier obrero se siente importante. Todos tienen mando, casi todos tiene a
alguien a quien mandar. Todos tienen un grado, una autoridad, un uniforme en
cualquier peldaño de la jerarquía.
Los
fascistas adoptan el saludo romano con el brazo en alto y sus hijos deben ser
fascistas desde el mismo nacimiento, por eso se le debe dar un nombre
genuinamente italiano: Avanguardisti, Piccole Italiane, Giovanni Italiane y
Figli Della Lupa. Curiosamente con Stalin habrá una moda también de nombres
“genuinos y revolucionarios”: Oktiabrina (por la Revolución de Octubre),
Barricada, Revolutsia, etc.
Más tarde se sabrá que los jerarcas fascistas
que sugirieron los nombres vernáculos eran unos ignorantes que no sabían nada
de latín y por eso creyeron que Figli Della Lupa significaba Hijo de la Loba ,
invocador de un pasado romano glorioso, cuando en realidad su traducción es
simplemente oprobiosa: Hijo de la Puta...
Los
edificios, las casas y las carreteras son atiborradas con consignas fascistas y
palabras del Duce: Mussolini siempre tienen razón; Creer, obedecer y combatir;
Iremos siempre derecho...
Nadie se aburre. Todos tienen una tarea, algo
que hacer sin importar su posición en la sociedad. Hay marchas, desfiles,
inauguraciones, concentraciones, actos masivos y constantes plebiscitos como en
1929 y 1931 con votos no secretos para precisar de qué lado estaban los
electores.
Se dictan reglas hasta para las cosas más
elementales: no llevar el cuello de la camisa almidonado, no anudarse la
corbata negra, en las cartas hay que escribir “al fascistas fulano de tal”.
Mussolini es un mito. Él todo lo puede, él
está en todas partes. Él tiene un uniforme para cada ocasión: de opereta, de
penachos, de aguilas, de hojalatería. Él preside todos los actos. Está en las
escuelas, en las competencias deportivas, en la cosecha del trigo, en las
carreteras, en los actos políticos. Allí están su voz, sus gritos, sus
amenazas, sus eslogans, sus invocaciones de las glorias pasadas , sus
revisiones sobre la historia de Roma, sus efemérides, su nuevo calendario con
las nuevas celebraciones.
El
Duce trata de eliminar los trámites burocráticos. Su accionar es directo con la
gente. Resuelve lo de una opresión quirúrgica, lo de las cloacas, lo de los
estupefacientes de manera personal. Solía decir: “Yo he vencido a la burocracia
y no necesito de funcionarios ni de impresos para saber lo que me interesa. Yo
uso el teléfono: llamo al director de la fábrica tal para saber cuántos
automóviles hemos producido en un mes, llamo a un comisario de policía para
saber por qué ha sido detenido don Fulano”.
Habla de Nuovo Uomo. Ese Hombre Nuevo debe
parecerse a él. Él se interesa por todo y por todos. Atiende todos los teléfonos,
habla, ordena y canta...Él es el Estado.
El
partido fascista penetró todas las esferas de la vida italiana a través de una
propaganda asfixiante. Todos eran inducidos a participar, a recordar y vivir de
las glorias de la Italia llena de grandeza. Todos llegaron a gritar
“venceremos”.
Paolo Monelli, que vivió en carne propia el
fascismo, dice que la mentalidad de Mussolini estaba condicionada por cuatro
defectos de origen: haber sido autodidacta, maestro de escuela, emigrado de
Suiza y periodista. “ El autodidacta carece a menudo de disciplina lógica e
histórica, y acumula muchas veces conocimientos desordenados de las enciclopedias
populares y los periódicos dominicales...Tampoco el maestro de escuela ha
cursado estudios en las aulas y además si se le quita de su noble trabajo,
manifiesta una tendencia didáctica y pesada como lo vimos en Mussolini
pretendiendo imponer reglas en la vida íntima de los ciudadanos dictándoles
normas éticas y de comportamiento...Habiendo sido emigrado a Suiza, creía
conocer las reglas del mundo y de los pueblos extranjeros por aquella pobre
experiencia de hambre y de trabajo que vivió allende las fronteras, y se
jactaba de chapurrear el francés y el alemán, mientras corrompía la lengua
materna... Periodista fue y en ello se quedó con sus improvisaciones, sus
juicios apresurados y sintéticos, el gusto por la frase de efecto , el eslogan
y la caduca vivacidad polémica que conviene a la efímera vida del periódico,
pero no a una política seria, que quiere trabajar para la Historia.”
El Duce uniformaba a todo el mundo, ordenaba a
todos a hacer ejercicios para estar en buenas condiciones físicas y reconstruía
a su manera la historia de Roma... Italia era ya una gran potencia que no teme
a nadie, afirmaba. En 1934 expresó: “La guerra es para el hombre lo que la
maternidad es para la mujer”. El ataque a Etiopía lo justifica con la lucha de
clases y su voz proclama por los altavoces que Italia, es proletaria y
fascistas, lucha por restaurar el Imperio...
La Sociedad de Naciones sanciona a Italia por
su intervención en Etiopía. La propaganda fascista aprovecha para atacar a los
“enemigos de la patria, tanto internos como internos”. Para contrarrestar el
bloqueo el partido dicta normas para incrementar la cría de conejos. Deciden
cambiar los nombres de todo lo que huela a extranjero. Adam debe llamarse
Adamus, por ejemplo; y los hoteles deben tener un nombre más identificado con
la patria; los árboles de navidad quedan prohibidos. Para recolectar fondos las
damas entregan sus anillos matrimoniales a cambio de unos de acero en señal de
sacrificio por la causa fascista. Era un sacrificio innecesario: el oro (30 kg
de anillos) nunca fue usado y fue encontrado en un río... Alguien lo lanzó en
su huida en 1945.
Mussolini
grita que el fin del fascismo es la igualdad de clases. El obrero debe ser
igual al industrial, el proletariado debe tener armas para defenderse de los
burgueses, el dirigente sindical, el organizador deportivo, el prefecto de
pueblo y los de la milicia, todos son importantes.
En 1937 Mussolini visita Berlin. En 1938
Hitler le devuelve la visita en Roma. Hitler lo contagia de racismo y entonces
empieza a hablar de la raza aria, de la democracia fascista, que es la
auténtica, de la ciencia fascista. En 1934 Mussolini pensaba que los nazis eran
asesinos y pederastas, pero ahora ha cambiado de opinión (como siempre) y los
considera los mejores amigos de Italia.
En 1939 Mussolini ataca Albania con un
ejército armado precariamente, pero vence; también nace el movimiento
antifascista italiano. Mussolini acapara todos los poderes, pero también todas
las responsabilidades.
Alemania toma Polonia y los ingleses y los
franceses entran en guerra contra los alemanes por esa acción.. En 1940 los
italianos sienten los efectos de la Segunda Guerra Mundial al notar la escasez
de alimentos. El 1 de marzo de 1940 Mussolini y Hitler se encuentran en
Brenero. Mussolini, un hombre que se consideraba superior no aceptó traductor
en el encuentro. Por eso algunos afirman que el Duce no entendió como se dejó
arrastrar a la guerra. Los italianos invaden a Grecia con la ayuda de los
alemanes porque no tienen mucha fuerza y porque Mussolini no era un militar muy
competente: en la Guerra contra Etiopia clavó banderas de todos los colores en
un mapamundi que una vez tumbaron las mujeres de la limpieza sin querer.
Colocaron los indicadores como pudieron y en regiones impensables, sin embargo
Mussolini ni lo notó y siguió colocando banderitas para dirigir su guerra desde
una mesa separada del campo de batallas por muchos kilómetros.
En Italia la guerra se siente y ya racionan el
pan. El 11 de diciembre Italia declara la guerra a los Estados Unidos porque
son capitalistas y la oposición interna es burguesa y traidora. Pero es la
burguesía la clase que aporta mayor número de soldados para defenderlo, pero en
su se guerra no se da cuenta. Mussolini sueña con victorias en África y parte a
Trípoli el 29 de junio de 1942. El 20 de julio regresa a Roma con las manos
vacías. Los Aliados desembarcan en África del Norte ; y Stalingrado es un
obstáculo enorme para los alemanes. En 1943 Roma es bombardeada por los
Aliados. Los italianos están perdiendo la fe en el Duce y ya no creen en el
fascismo. El Gran Consejo (Gobierno italiano) le imputa el desastre de la
guerra a Mussolini y le manifiesta su desconfianza. Mussolini argumenta con
cifras (todas falsas como siempre) y pide lealtad a la patria y a su persona;
pero fue destituido el 25 de julio de 1943 y luego arrestado. El pueblo derribó
sus estatuas, quemó sus retratos, los miembros del partido rompieron sus
carnets y las condecoraciones fascistas fueron a aparar a las cloacas.
Mussolini está preso en los Apeninos. Ha
envejecido y cura sus males con jugo de uvas, lee bastante y juega a las
cartas. El 12 de septiembre de 1943 Mussolini es liberado por unos
paracaidistas alemanes (el mismo Mussolini consideró esta acción como
humillante) y trasladado a Munich. Se reunió con Hitler y decidieron la
creación de la República Sociale Italiana de Saló. El de septiembre el Duce se dirigió
por radio a los italianos prometiendo regresar para crear fuentes de trabajo,
pero ya nadie le cree. Se instala en Saló por orden de Hitler , quien no le
permitió tomar ninguna decisión seria. La república no tiene ejército y los
soldados alemanes la custodian día y noche. Más tarde Hitler dará su visto
bueno para la creación de un ejército con los prisioneros italianos, quienes
luego disertarían
El 5 de junio de 1944 los norteamericanos
entran en Roma y empieza la desbandada de los fascistas. El Duce piensa huir a
Suiza junto a una columna de soldados alemanes. La guerrilla antifascista los
intercepta en la frontera y pide que sean entregados los ciudadanos italianos.
Mussolini fue reconocido a pesar de su disfraz de germano. Todavía tuvo ánimo
de gritar en un defectuoso alemán: ¿Se van a rendir sin luchar? Pero los
alemanes entendieron que entregándolo se salvaban ellos.
En
la tarde del 28 de abril de 1945 Mussolini fue fusilado por dos partisanos. Su
cadáver fue trasladado a Milán donde fue colgado por los pies en una plaza...
BIBLIOGRAFÍA
Historia
Universal.Editorial Planeta. Madrid. 2001.
Lujan,N; Bettonica; L.... Y Mussolini Creó el
fascismo. Gráfica Guada. Barcelona, España. 1971.
Manfred
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