DE LA ECONOMÍA DEL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA A LA ECONOMÍA COTIDIANA Y PEDESTRE.
Edgardo Malaspina
1
En
el Manifiesto del Partido Comunista (1848) Marx y Engels hablan, entre otras
cosas, de las leyes del desarrollo social, la lucha de clases y explican que la
propiedad privada es la causa de todos los males y por lo tanto hay que
abolirla. Veamos: “Los proletarios no pueden conquistar las fuerzas productivas
sociales sino aboliendo el modo de apropiación en vigor y, por tanto, todo modo
de apropiación existente hasta nuestros días. Los proletarios no tienen nada
que salvaguardar; tienen que destruir todo lo que hasta ahora ha venido
garantizando y asegurando la propiedad privada existente”.
El
punto clave está en la palabra “destruir”. Cualquiera sabe que eso es muy
fácil. Lo difícil es el antónimo de ese verbo: “construir”. Todos los países
que se declararon socialistas (estrictamente alrededor de treinta) y aplicaron
las idea de expropiación planteada en el Manifiesto terminaron en la ruina; y
sólo pudieron revertir la inopia de sus habitantes devolviendo lo expropiado.
2
Los
especialistas dicen que la economía de un país es el reflejo de lo que hace su
gobierno. Muy poco depende de las fuerzas exteriores. Venezuela es el país con
la alta inflación en el mundo.
3
Los
economistas afirman que la hiperinflación se derrota de dos maneras: cambiando
la política económica desastrosa del gobierno o cambiando el gobierno de la
política económica desastrosa.
4
Cuando
hay control de cambio surge el mercado negro. Los países socialistas tenían
control de cambio y también tenían mercado negro. No existía internet, por lo
tanto ninguna página determinaba el precio del dólar, pero todo el mundo lo
sabía: la escasez marcaba la pauta: hay poca harina, entonces los que la tenían
la vendían bien cara.
5
Cuando
un gobierno aumenta los sueldos sin aumentar la producción, entonces los
precios de los productos se elevan. Veamos un ejemplo sencillo. El gobierno
decreta un aumento de sueldos, entonces el amo de una quesera debe pagar ese aumento a sus trabajadores.
¿De dónde sacará el amo de la quesera el dinero para pagar ese amento? Sólo hay
una manera: aumentando el precio del queso. El comprador le echará la culpa al
vendedor de queso, ignorando al verdadero culpable o la mano que mece la cuna:
el gobierno, el cual continuará con su círculo vicioso hasta llevarnos a la
ruina total: así es más fácil doblegarnos. Así es más fácil mantenerse en el
poder.
6
El
gobierno se dice antiimperialista, pero los precios de los productos y
servicios están dolarizados, no así lo sueldos. Los extremos se unen.
7
La
guerra económica la hacen los propios chavistas, especialmente los que se
llevaron nuestros dineros para Andorra y otros paraísos -bancos. Allí está el
tuerto, la enfermera y una caterva de exministros de MPP de cualquier cosa que
viven su exilio dorado “con sus ahorros”. La justicia mundial cada día descubre
un nuevo caso. Son millones y millones de dólares expoliados de las arcas de la
nación. He allí la explicación de la miseria de Venezuela.
8
Una
economía enferma no se subsana sin una ayuda externa, dicen los economistas
fundamentando esta tesis sobre una amplia práctica mundial.
Pero
si el gobierno que recibe la ayuda persiste en continuar con sus esquemas
socialistas, entonces la derrota está garantizada: Cuba recibió de la URSS una
ayuda equivalente a cinco planes Marshall y continúa hundida en la miseria.
9
¿Por
qué otro país no tiene los problemas económicos que tiene Venezuela?
10
Las
distorsiones de las economías que siguen las recetas de Marx llegan hasta el
surrealismo. Aquí se vende el dinero en efectivo, y en otras latitudes
sucedieron cosas dignas de Ripley (Aunque usted no lo crea). Vaya esta anécdota
de ejemplo:
En
Moscú un señor vendía su mercancía y vociferaba: ¡Bombillos quemados, muy
baratos! Cuando uno se acercaba y preguntaba para qué podía servir un bombillo
quemado, el señor explicaba inmediatamente:
-Te
lo llevas al trabajo, quitas el bueno de tu oficina, colocas el quemado, nadie
se dará cuenta y ya tienes un bombillo para tu casa.
11
Para
saber cómo va la economía venezolana no hace falta ser especialista en esta
seria disciplina. Basta con caminar viendo el suelo: ya están rodando por las
calles los billetes de dos y cinco soberanos. Economía cotidiana y pedestre,
pues.
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