EL
PASAJERO DE TRUMAN
1
Hay que conocer el pasado para saber hacia
dónde vamos. Esa ha sido una máxima de los historiadores y cronistas. Pero hay
momentos históricos que son difíciles de entender por carecer de algunos
eslabones que hacen que el todo se cubra de
nubes. La literatura viene en nuestro auxilio con la historia novelada. El
pasajero de Truman, de Francisco Suniaga es una de esas novelas que
arroja luces sobre un hecho estelar,
pero incomprensible y absurdo, en la vida política de Venezuela, como lo fue la
candidatura presidencial del Dr. Diógenes Escalante en 1945 y el desarrollo de
una enfermedad que terminó en locura.
2
El
mal acabó no sólo con las aspiraciones del candidato, sino que también sirvió
de detonante para una serie de acontecimientos que desembocaron en el
derrocamiento del presidente Isaías Medina Angarita. Es más, muchos expertos
están convencidos que la locura de Escalante dejó su impronta deletérea en el
quehacer político nacional, por cuanto no se detuvo en el derrocamiento de
Medina el 18 de octubre del 1945, sino que influyó en la materialización del de
Rómulo Gallegos el 24 de noviembre de 1948, en la implantación de la dictadura
de Marcos Pérez Jiménez, y aún sigue con su influencia negativa, afirman quienes
gustan hilar largo.
3
En más de 300 páginas, Suniaga nos relata lo
que verdaderamente sucedió. La obra es una novela; pero una novela de
no-ficción, según lo entendía Truman Capote: las cosas se cuentan tal como
fueron, a través de testigos de excepción que acompañaron en todo momento a Escalante.
Uno de ellos es Hugo Orozco (Humberto Ordoñez en la novela) ,secretario de
Escalante cuando se desempeñaba como embajador de Venezuela en EEUU; el otro
es Ramón J. Velásquez ( Román
Velandia),también secretario, pero cuando Escalante era candidato presidencial.
4
Todos los factores políticos coinciden en
designar a Escalante presidente de la república para evitar la vuelta del
gomecismo ,seguir con el proceso de reformas e implantar una democracia con la
participación de todos los venezolanos a través del voto popular.
5
Todo
se viene abajo la mañana cuando Escalante afirma que le robaron las camisas. Le
demuestran que las camisas están en su
ropero, pero entonces él dice que se las cambiaron. Unos médicos diagnosticaron
arterioesclerosis; otros, esquizofrenia (lo más probable es que tenía los dos
males). En todo caso el detonante fue el estrés, por el exceso de trabajo,
porque ambas enfermedades ya existen, desde hace tiempo antes de manifestarse
claramente. Sólo esperan el movimiento del gatillo. Escalante temía por su
salud mental. Y leía literatura sobre el tema. Nada raro, los hombres y mujeres
tenemos tres grandes miedo: a la muerte, a las guerras, y a la locura.
6
El
presidente y amigo personal de
Escalante, Truman, envió un avión a Caracas
para llevárselo a un hospital norteamericano. Nuestro candidato que nunca llegó
a presidente se convirtió entonces en El
pasajero de Truman.
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