DECONSTRUYENDO LA HISTORIA DE VENEZUELA
SOBRE LOS CONVERSOS POLÍTICOS , O QUÉ CONDUCTA ADOPTAR ANTE QUIENES APOYABAN AL GOBIERNO Y AHORA MILITAN EN LA OPOSICIÓN.
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
Muchos venezolanos que un principio apoyaron al
socialismo del siglo XXI han abandonado las huestes de la revolución para
ingresar a las filas de la oposición democrática. En algunos casos la cuestión
pasa desapercibida; pero en otros, los nuevos opositores reciben una andanadas
de denuestos e improperios, de manera continua y sistemática, a través de los
diferentes medios de comunicación, especialmente en las redes, por parte de los
que siempre han adversado a la dictadura. Para muestra un botón: la fiscal
Luisa Ortega Díaz y la cantante Reymar Perdomo.
2
Thomas,
el héroe de la novela de Milan Kundera “La insoportable levedad del ser”,
piensa que la gente que apoya el surgimiento y fortalecimiento de un gobierno
totalitario es culpable, y no es suficiente con reconocer que los engañaron y
decir que no sabían nada de las humillaciones, persecuciones y asesinatos de
los opositores. Thomas recuerda a Edipo: cuando supo lo que había hecho, se
sacó los ojos. De esa manera demostraba su arrepentimiento. Recalcamos: una persona que haya apoyado a un
régimen criminal debe sacarse los ojos como muestra de su arrepentimiento. Es
decir, debe hacer algún gesto lo suficientemente grande para borrar su pasado
abyecto.
En
ese sentido, creo que tanto la fiscal general como la rapsoda guariqueña han
hecho “gestos suficientemente grandes para borrar su pasado abyecto”. En
efecto, Ortega Díaz lidera una campaña mundial, política y jurídica, contra el gobierno de facto que destruyó a
Venezuela; mientras que Reymar se ha convertido en vocera de la causa justa
venezolana en todo el planeta con su canción “Me fui”, verdadero himno para
nuestros emigrantes.
3
La
historia de Venezuela tiene varios casos de personajes que en un principio
apoyaron al régimen colonial español, y más tarde se anexaron a la causa
independentista. Sus gestos y acciones para borrar su pasado fueron tan
notables, que ahora sus biografías aparecen en los libros como grandes
patriotas, y hasta estatuas se les han erigido. Mencionaré sólo a tres de esos
conversos hacia la causa de nuestra República.
4
Juan
German Roscio, el máximo constituyentista de Venezuela, según Adolfo Rodríguez,
hasta 1809 apoyaba la monarquía, era absolutista. Luego
aparece como diputado del pueblo en los sucesos del 19 de Abril y redacta el
Manifiesto que hace al mundo la Confederación de Venezuela sobre las razones en
que han fundado su independencia. Parece que no le perdonó al régimen español
todas las humillaciones a que fue sometido por lo de la “limpieza de sangre”
para el ejercicio de la abogacía. Espero pacientemente su oportunidad, y siempre
tuvo en mente, por lo visto, su derecho moral a odiar y actuar en el momento
preciso, según una categoría filosófica de Cioran.
5
Pedro
Camejo, Negro Primero, estuvo con las fuerzas realistas, y hasta se enfrentó a
Bolívar en la Batalla de Araure (1813). Ingresó al ejército de José Antonio
Páez en 1816. Camejo era un soldado aguerrido, por eso es de suponer que mandó
al otro mundo a más de un patriota en su etapa realista. Luego combatió con los
independentistas en muchas batallas para borrar “ su pasado
abyecto”. De esa manera se ganó el
respeto y el cariño , tanto de Páez como de Bolívar.
6
Por
último, tenemos al guariqueño Juan José Rondón quien se enroló, desde 1812, en
el ejército realista de José Tomás Boves. En 1817 se pasa al bando de los
patriotas. Páez lo tenía bien vigilado, en un principio, por si acaso; pues,
“era un chavistas recién llegado a la oposición”; y era de imaginar que en su
lustro realista no le “lanzaba” flores a los patriotas .
Pero
Juan José demostró con su arrojo en múltiples encuentros bélicos que era uno de
los nuestros , y todas sus actuaciones se enfilaban a una sola meta: borrar su
“pasado abyecto”. Y Rondón logró su sueño: Páez lo elogia en sus memorias, y
Bolívar confiaba tanto en su capacidad como militar que el combate de Pantano
de Vargas (1819) se asocia indefectiblemente a la angustiosa petición del
Libertador: ¡Coronel Rondón, salve usted la patria! Y Rondón la salvó.
7
Jacques
Derrida abordó el tema de la culpa, el arrepentimiento y el perdón; y llegó a
la conclusión de que “El que reconoce su falta ya no es el mismo”.
8
En
circunstancias políticas duras como la que vive nuestro país, lo correcto es
unir esfuerzo y aceptar las manos de los arrepentidos que se incorporan a la
lucha, sin ningún tipo de reservas. Recordemos la fábula esópica del viejo y
sus hijos: unidos somos más fuertes.
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