ASPECTOS
POLÍTICOS EN LA NOVELA DE ERNESTO SÁBATO “SOBRE HÉROES Y TUMBAS”.
[Sábato
contra los anarquistas, los socialistas y los comunistas]
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
1
En
Sobre Héroes y tumbas (1961) Ernesto Sábato esboza sus tesis existencialistas
referentes al amor, la soledad, el poder, el sentido de la Literatura y la política. La
novela continúa con el tema relacionado con el poder de los ciegos, iniciado en
El túnel.
2
Extraemos
frases de las conversaciones entre los personajes, todas enfiladas contra las
teorías anarquistas, socialistas y comunistas:
3
-Como
le estaba diciendo, ya también en mis tiempos fui socialista y hasta anarquista.
Por otra parte, tampoco vaya a creer que nos avergonzamos. Soy de los que
piensan que no es malo que la juventud tenga en su momento ideales tan puros.
Ya hay tiempo de perder luego esas ilusiones. Luego la vida le muestra a uno
que el hombre no está hecho para esas sociedades utópicas. No hay ni siquiera
dos hombres iguales en el mundo: uno es ambicioso, el otro es dejado; uno es
activo, el otro es haragán; uno quiere progresar, como el amigo Pérez Moretti o
yo, al otro le importa un comino seguir toda su vida como un pobre tinterillo.
4
-El
hombre es por naturaleza desigual y es inútil pretender fundar sociedades donde
los hombres sean iguales. Además, observe que sería una gran injusticia: ¿por qué
un hombre trabajador ha de recibir lo mismo que un haragán? ¿Y por qué un genio,
un Edison, un Henry Ford debe ser tratado lo mismo que un infeliz que ha nacido
para limpiar el piso de esta sala? ¿No le parece que sería una enorme injusticia?
¿Y cómo en nombre de la justicia, precisamente en nombre de la justicia, se ha
de instaurar un régimen de injusticias? Ésa es una de las tantas paradojas, y
siempre he creído que debería escribirse largo y tendido sobre el particular.
5
Los años, la vida que es dura y despiadada, a
uno lo van convenciendo de que esos ideales, por nobles que sean, porque sin
duda que son nobilísimos ideales, no están hechos para los
hombres
tal como son. Son ideales imaginados por soñadores, por poetas casi diría y o.
Muy lindos, muy apropiados para escribir libros, para pronunciar discursos de
barricadas, pero totalmente imposibles de llevar a la práctica.
6
Quisiera
yo verlo a un Kropotkin o a un Malatesta dirigiendo una empresa como ésta y
luchando día a día con las normas del Banco Central y teniendo que hacer mil y
una maniobras para evitar que el sindicato o Perón, o los dos juntos, le hagan
a uno una zancadilla.
7
Está
muy bien que un muchacho o una chica tengan esos ideales de desprendimiento, de
justicia social y de sociedades teóricas. Pero luego usted se casa, quiere
regularizar su situación ante la sociedad, debe constituir su hogar, aspiración
natural de todo hombre bien nacido, y eso trae el abandono paulatino de esas
quimeras.
8
Muy
fácil es sostener la doctrina anarquista cuando se es muchacho y se es
mantenido por los padres. Otra cosa, muy distinta, es tener que enfrentarse con
la vida, verse obligado a mantener el hogar que se ha constituido, sobre todo
cuando vienen los hijos y las otras obligaciones inherentes a la familia.
9
Son
muy lindas las teorías sociales, pero cuando hay que parar la olla, como
vulgarmente se
dice,
entonces, amiguito, hay que agachar el lomo y hay que comprender que el mundo
no está hecho para esos soñadores, para esos Malatestas o Kropotkines.
10
Y
fíjese bien que le estoy hablando de estos teóricos anarquistas, porque al
menos ésos no predican la dictadura del proletariado, como los comunistas.
¿Puede usted imaginarse un horror como el de un gobierno dictatorial? Ahí tiene
el ejemplo de Rusia. Millones de esclavos que trabajan bajo el látigo.
11
La
libertad, amigo, es sagrada, es uno de los grandes valores que debemos salvar,
cueste lo que cueste. Libertad para todos: libertad para el obrero, que puede
buscar trabajo donde más
le
convenga, y libertad para el patrono, que pueda dar trabajo a quien le parezca mejor.
La ley de la oferta y la demanda y el juego libre de la sociedad.
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