MENSAJE
CON DESTINO
ERMG
1
En
tres momentos, de alguna u otra manera, las circunstancias de la vida nos han
hecho coincidir
con
el doctor Jorge Rodríguez. La primera vez fue hace muchos años cuando mataron a
su padre.
Luego,
cuando leí un relato de su autoría que fue galardonado en el concurso de
cuentos de El Nacional , obra que fue ampliamente comentada y alabada; y por
último, cuando, siendo alcalde
de
Caracas, me hizo entrega de un premio literario de Fundarte.
2
Un
grupo de muchachos idealistas nos reuníamos casi todas las noches bajo los
árboles de la avenida Bolívar, allá en Las Mercedes del Llano. Un día el poeta
José Barreto se presentó muy triste y nos dijo:
—Mataron
a Jorge Rodríguez, por tal motivo he compuesto estos versos; y mientras los
leía, callábamos apesadumbrados. Porque cuando se es joven, todas las causas
parecen nobles ante
nuestros
corazones y aunque no sabíamos, sentíamos que las campanas doblaban por todos.
Además,
nos creíamos socialistas sin imaginarnos nunca que nuestros sueños se
convertirían con
el
tiempo en verdaderas pesadillas.
3
Barreto me
regaló el poema:! ¡Publícalo algún día!, me dijo.
En
ocasión de la premiación de Fundarte busqué el poema para entregárselo al hijo
del líder asesinado, pero todo fue en vano. Ahora, por esas casualidades del
destino, lo encuentro entre un montón de papeles y precisamente cuando el
concejal Fernando Albán aparece sin vida en circunstancias más que sospechosas.
4
¿Extrañas
coincidencias? ¿O el eterno retorno de Nietzsche? Porque el poema, estrofa tras
estrofa
bien
pudiera estar dedicado a Albán, pero en una coyuntura más agravante: aquella
vez el gobierno, luego de un forcejeo, reconoció que fue un asesinato, el jefe
de la policía fue destituido y los culpables fueron juzgados. Aquel gobierno
duró cinco años, y este quiere ser eterno. Aquella vez, según la leyenda
urbana, se comía perrarina, ahora se come directamente de la basura.
Aquella
vez estaban “rompías las alpargatas” (Alí Primera dixit), ahora están “rompías”; toda la ropa, las medias con sus zapatos, las amistades y las familias.
Aquella vez algunos políticos se exilaban, ahora la gente huye a pie
despavoridamente de nuestro país, configurando un éxodo que deja pálido al
bíblico. Aquella vez no bastaba rezar, ahora tampoco basta rezar, pero, además,
no hay velas para la oración.
5
Hace
poco la hermana de Jorge Rodríguez dijo que lo de ellos era su venganza.
Entendí que la presentación de Requesens, por parte de Rodríguez, cubierto de
heces porque la tortura conlleva esos extremos, es un episodio de esa
revancha que el presidente avaló con sus burlas.
“La
república no se perderá porque el pueblo se ría de su gobernante. La república
podrá perderse
cuando
el gobernante se ría de su pueblo”. (General Carlos Soublette).
6
La
Cuarta tiene su Jorge Rodríguez, su Fabricio Ojeda y su Livia Gouverneur. La
Quinta tiene su
Franklin
Brito, su Óscar Pérez y ahora su Fernando Albán.
“Y
desde el mismo momento que a Jorge lo agarraron, comenzaron a torturarlo. A
nadie en un
cuerpo
policial lo torturan sin una orden de un jefe. Un policía cualquiera, un
agente, no puede
accionar
a motu proprio sobre un detenido, tienen que haberlo mandado a que lo haga.
Además,
los
torturadores saben muy bien qué tipo de torturas van a hacer (sic). (David
Nieves hablando
del
asesinato de Jorge Rodríguez)
“Te
pareces tanto a mí” (canción de Juan Gabriel).
“Hay
que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a
ellos”(Jorge
Luis
Borges).
“Si
se aplica la ley del ojo por ojo, todo el mundo acabará ciego”. (Gandhi).
7
Al
reconocido escritor colombiano Héctor Abad Faciolince le mataron a su padre y
pensó en vengar su muerte; pero luego llegó a la conclusión quela única
venganza, el único recuerdo, y también la única posibilidad de olvido y de
perdón consistía en contar lo que pasó y nada más.
Citaba
a Jorge Luis Borges, quien dijo que el olvido es la única venganza y el único perdón. Y fue así que Abad escribió su maravilloso libro “El olvido que seremos”.
Los psiquiatras, desde los tiempos de Freud,
afirman que ese tipo de conducta es el triunfo de la sublimación sobre la
perversión.
8
Cumplo
con la promesa de publicar el poema de José Barreto en momentos cuando en
nuestro país se está escribiendo un capítulo para anexarlo al libro de Borges “Historia
universal de la infamia”. (otra vez Borges lo cito constantemente porque lo
admiro mucho) y con el deseo de que no se convierta en réquiem por otros
venezolanos que adversan al gobierno de turno.
[Texto original de los versos de José Barreto]
I
Saciaronse
las hienas en tu cuerpo
babeando
su desprecio y su impotencia
y
elevóse tu espíritu imponente
como
digno pendón de la inocencia.
II
Tú,
mártir de la paz y la igualdad
tu
pecado: sentir lo que es el pueblo
tu
defecto: el honor y dignidad.
III
Ha
muerto el sembrador, mas, la semilla
en
fértil suelo reverdecerá
abonada
con luchas de tu pueblo
que
el llanto proletario regará.
IV
Jorge
Rodríguez, muchachón de pueblo
dicen
que has muerto pero estás viviendo
en
las manos callosas del obrero
y
en la agonía de un niño padeciendo.
V
Bebiste
en la copa del martirio
la
cicuta mortal del traicionero
ni
un gesto de dolor ni una palabra
que
pudiera vender al compañero.
VI
De
criminal atroz fuiste tratado
en
los falaces labios de un ministro
¿Acaso
no fue igual cuando llevaron
al martirio supremo a Jesucristo?
VII
A romper las cadenas, proletarios
para
honrar a los mártires caídos
a
romper con el yugo de los ricos
y
aliviarle la carga al oprimido.
VIII
No
temáis a la muerte que es más noble
inmolarse
en sublime sacrificio
que
vivir en la paz esclavizante
del
modesto y sumiso manumiso.