domingo, 10 de noviembre de 2024

RECUERDOS Y REFLEXIONES DEL 4 DE FEBRERO

 

RECUERDOS Y REFLEXIONES DEL 4 DE FEBRERO

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

1

Vivía en Las Mercedes del Llano cuando se alzaron los militares.  El 4 de febrero de 1992  me levanté temprano y con mi hermano Mundito recorrí las calles del pueblo en un jeep con una bandera izada y gritando consignas a favor de los rebeldes. Adelis Ramírez, prefecto de la ciudad, nos detuvo cerca de la plaza, y con tono respetuoso me dijo:

—Doctor, somos amigos, pero si usted es golpista, lo arresto y lo meto en un calabozo.

 Hoy estoy convencido de que estaba equivocado y ahora no apoyo los golpismos y por eso no celebro el 4 de febrero. Errare humanum est. “Equivocarse es humano, perseverar voluntariamente en el error es diabólico”. (San Agustín).

  En cada encuentro con Adelis recordamos el episodio y reímos mucho, mientras hablamos  de libros, de  política y filosofía.

Me solidaricé con Chávez mientras estuvo en la cárcel, pero cuando fue liberado y escuché sus discursos y mensajes. Entendí que esa no era el camino para solucionar los problemas de Venezuela. Por eso, jamás voté por Chávez, y la primera vez lo hice por Salas Romer. Y repito: nunca le di mi voto a Chávez en las sucesivas elecciones, incluyo aquí el referendo revocatorio.

Luego, cuando Chávez habló de socialismo, me convencí de mis sospechas: el socialismo había fracasado en todas partes, y yo lo viví en carne propia.

2

Muchos de los que se  escondieron cobardemente en ese entonces (el pueblo estaba solitario cuando salí en el jeep), hoy   andan de franelas y gorras rojas, disfrutando  de sus privilegios políticos y  propiedades; y contentos de tener un delicado y altamente sensitivo olfato para respirar el aire de   superioridad  que solo inhalan los camaleones. Esa conducta,  muy propia  e inherente a la mediocridad de los políticos  municipales-como diría el Mocho Celestino Ledezma- la he visto en instancias geográficas de mayor calado, como las  constantes de esas fórmulas matemáticas que nos enseñaron en bachillerato.

3

En la novela de Francisco Suniaga “Esta Gente”,  José Alberto Benítez es vigilado por su antiguo compañero liceísta Salvador  Sanabria,  agente de la Guardia Nacional. En tiempos estudiantiles  Sanabria  sapeaba las actividades revolucionarias de Benítez, quien se lo recuerda:

—¡Y mira qué ironía que ahora el socialista eres tú!

4

En efecto, lo que estudiamos las teorías socialistas y conocemos a Marx no estamos de acuerdo con este orden de cosas; mientras que los ignorantes de esas teorías son “potentados socialistas” con solo ponerse la franela y la gorra roja. De esto habla Eduardo Liendo en su novela “El último fantasma”.

5

Estuve entre  los miles de venezolanos que clamamos y solicitamos que se le preservara la vida a Chávez y pedimos su libertad. Escribí notas, compuse versos y le envié libros a la cárcel a Chávez, porque esto se podía hacer. Chávez vociferaba que pagaba con la cárcel (unos pocos meses) de la dignidad, dignidad que se les niega a los presos políticos que adversan al régimen en la actualidad.

6

El preso Chávez  agradeció mis gestos solidarios para con él, con un carnet original, cartas y pinturas.


[Carta de Chávez para Edgardo Malaspina, desde la cárcel]


 


[Ezequiel Zamora. Pintura de Chávez. Una copia le fue enviada a Edgardo Malaspina desde Yare]

 

 

 

 El 20 de diciembre de 2010, durante los actos de la X Promoción de Médicos Cirujanos de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG)en el Teatro Teresa Carreño, de la cual tuve el honor de ser padrino, también tuve otro gran honor: conversar,  no con el preso Chávez, sino con el presidente de la República. Me recordó, me abrazó y me dijo: “Tú no eres Malaspina,  tú eres Buenaespina”, y pidió a los periodistas una foto juntos.


[En el Teatro Teresa Carreño]

 

7

Es incomprensible que Chávez pasara en la cárcel unos cuantos meses, rodeado de fa miliares y amigos, concediendo a entrevista a cuanto periodista se le antojara; y que ahora se le niegue a los presos políticos derechos humanos elementales.

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Los muertos en la intentona de Chávez pasaron de 200. Óscar Pérez no mató a nadie, pero a Chávez se le preservó su vida y a Pérez se le  asesinó ante las cámaras de todo el mundo. He allí la diferencia entre una democracia y una tiranía.


 

9

Adversé a la Cuarta República a la cual critiqué por todos los medios posibles porque consideré que no era buena, pero la quinta república ha convertido el país en un inmenso campo de concentración (colas y hambruna incluidas)  con el carnet de la patria como insignia segregacionista y discriminatoria para el que no lo tenga. El apartheid volvió, volvió, volvió…(¡Ay! Mandela!).

 

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“Callar es la forma más cómoda de mentir y de hacer buenas migas con la conciencia. Deja el pícaro derecho de reservarse una opinión propia, y la posibilidad de expresarla en algún momento; pero no ahora…” (Daniil Granin, escritor soviético).

 11

“Ante la injusticia no podemos callar” (León Tolstói).

12

Es verdad que todos tenemos miedo; pero el que calla otorga.

 

 

 

 

 

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