sábado, 10 de junio de 2023

DEL BUEN SALVAJE AL BUEN REVOLUCIONARIO

 


 

DEL BUEN SALVAJE AL BUEN REVOLUCIONARIO

Resumen del libro

Edgardo Rafael Malaspina Guerra .

Palabras liminares

El libro “Del buen salvaje al buen revolucionario”, de Carlos Rangel, fue publicado en 1976. En líneas generales trata de buscar las causas del subdesarrollo de las naciones latinoamericanas en comparación con los Estados Unidos. Antes de la llegada de Cristóbal Colón en nuestras tierras vivía en “buen salvaje”, corrompido por los europeos. Ese “buen salvaje” dio paso al “buen revolucionario”, quien busca corregir los entuertos luchando contra la cultura occidental y el capitalismo en general. Rangel desnuda la naturaleza de esos mitos.

Sobre la importancia de este libro para entender el panorama político latinoamericano, y particularmente venezolano, cito las palabras del doctor José Ignacio Hernández :  “Las páginas del libro de Carlos Rangel fueron escritas, exactamente, hace cuarenta años. Al releerlas hoy, parecen haber sido escritas ayer”.

Prólogo

El prólogo es del filósofo francés Jean-François Revel   (1924 – 2006), quien al principio fue marxista y luego se alejó de las teorías socialistas totalitarias para propugnar el liberalismo democrático. El francés habla de que este libro es sobre la civilización latinoamericana “y que aporta una interpretación verdaderamente nueva y probablemente exacta”. Luego hace un repaso de las tesis más relevantes del libro.

Los mitos latinoamericanos provienen de Europa; sin embargo, en América a la llegada de Humboldt existía una gran cultura con hombres de pensamiento avanzado como Simón Bolívar, cuyas ideas se extendían más allá de esos mitos.

Los españoles integraron a los pobladores originales de América como unos miembros más de la sociedad. Los norteamericanos apartaron a los indios o los exterminaron. He allí una de las diferencias entre las dos Américas. La guerra de independencia fue una guerra civil, una llamarada de odio antiespañol. El subdesarrollo latinoamericano es político antes que económico. La solución que se ha planteado para resolver los problemas latinoamericanos es la revolución, pero la Revolución Mexicana de 1911 hundió en la pobreza a los campesinos que fueron su razón de ser. La Revolución Cubana nos dio otra falsa esperanza con la aparición del Che Guevara, “el buen revolucionario”.

Introducción

La América nuestra debería llamarse “española”, no “latina”. España en menos de sesenta años, con unos pocos hombres, antes de 1550, exploró nuestro territorio, venció a los imperios de la competencia, fundó casi todos los sitios urbanos que hoy todavía existen (más otros que luego desaparecieron), propagó la fe católica y la lengua y la cultura de Castilla en forma no sólo perdurable sino, para bien a para mal indeleble.

La historia latinoamericana es la historia de los fracasos. Simón Bolívar lo resumió en 1830, cuando expresó que con su revolución había arado en el mar y constató la ingobernabilidad de América Latina. Sugirió como solución de nuestros problemas emigrar, evadirse. Predijo también la llegada al poder de tiranuelos aplaudidos por la multitud ignorante. Hasta los europeos consideraran indigno conquistarnos. La tendencia de nuestros países es volver al caos primitivo.

La Historia demostró que Bolívar tenía razón. En el mismo tiempo los EEUU progresaron y nosotros nos quedamos rezagados. América latina no se ha integrado. No tiene una política común que la integre, ni económica ni culturalmente. Los gobiernos son débiles, inestables. Nuestros aportes científicos y humanísticos son pocos. El crecimiento demográfico es descontrolado. Carlos Fuentes dijo que el desarrollo tecnocrático del mundo es geométrico, mientras que el nuestro es aritmético.

Párrafos y frases:

1

El autor explica que el libro se refiere a la América Latina, pero a la de habla hispana. Simón Bolívar vislumbró un panorama muy pesimista para la región. Las dos América (la inglesa y la española) son diferentes. En la primera los indígenas fueron exterminados o aislados, mientras que en la segunda fueron incorporados a la nueva sociedad .

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 La brecha tecnológica y científica entre la América inglesa y la hispana hace más acentuadas las diferencias. Nuestra América, entonces, recurre al mito, del cual se encargó de establecer el propio Colón cuando creyó que había llegado al paraíso bíblico. Los europeos fortalecieron ese mito del buen salvaje, y de allí a idea del revolucionario que como un héroe o mesías puede solucionar los problemas. Tomas Moró con su Utopía inició la literatura sobre una sociedad impoluta, donde sólo existía un solo lado : el del bien. La idea de Rousseau de que la sociedad corrompe al hombre que nace bueno cobró fuerza: los europeos introdujeron el mal en los pueblos que descubrían y conquistaban.

3

Desde su nacimiento las dos Américas fueron muy diferentes: en la inglesa la vida se organizó con leyes que debían cumplirse independientemente de las clases, mientras que en la Hispana los poderosos impusieron la ley del más fuerte, el “más vivo”.

4

El llamado buen salvaje oprimía a sus propios coterráneos con el derecho establecido por las diferencias de clases.

5

La América hispana recurre al victimismo para ocultar sus propios fracasos : todo es culpa del imperio español o el americano. La CIA ha servido para explicar cualquier política errada.

6

“La tentación de atribuir los fracasos a las intrigas y excesos de los extranjeros es tan antigua como las naciones mismas. La América Latina está constantemente tentada a definir su independencia y unidad por medio de la oposición a los EE.UU... No esperamos que todos (los latinoamericanos) estén de acuerdo con nuestras opiniones, pero tampoco podemos aceptar una nueva versión del paternalismo, según la cual aquellos que tienen obligaciones, carecen de derechos y aquellos que reclaman derechos, no aceptan obligaciones. (Kissinger).

7

La Leyenda Negra sobre la Conquista instauró un sentimiento de rechazo hacia lo español.  “Cuando aprendimos un idioma europeo (por casualidad el español) caímos en la servidumbre. Cuando lo desaprendamos, seremos otra vez libres”.

Ese victimismo se transformó en complejo de inferioridad extensivo hasta la relación con los Estado Unidos, signada por el amor y el odio al mismo tiempo. Ellos, los angloamericanos americanos, son los materialistas; nosotros, los hispanoamericanos somos místicos y espirituales.

“Nuestra historia, compartida con los norteamericanos sobre el territorio del Hemisferio Occidental y en muchos aspectos paralela a la historia de los Estados Unidos, nos condena a comparaciones dolorosas y humillantes de nuestras frustraciones, insuficiencias y fracasos con los éxitos de la otra América".

8

Las diferencias entre federales y centralistas en un ardid político: en la práctica son iguales.

9

Los héroes de la Independencia se encargaron de dividir sus naciones; no obstante, tienen estatuas en nuestros países.

10

La civilización latina americana es Ariel, superior espiritualmente a la angloparlante, utilitaria y materialista. Ellos, los norteamericanos son simbolizados por Calibán (Caníbal) . Rangel critica esta tesis de José Enrique Rodó en su ensayo “Ariel” (1900).

11

Todas las ideas de los latinoamericanos con respecto a las diferencias con los Estados Unidos encontraron eco en una nueva ideología: el marxismo.

El marxista latinoamericano más importante antes de Fidel, el Che y Allende, fue el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre.

-Con relación a las vías por las cuales los países atrasados podrían llegar al socialismo, Haya de la Torre es el marxista ortodoxo, y Lenin y los leninistas los revisionistas .El primero se atenía a la tesis de Marx de pasar por todas las etapas contempladas por el materialismo históricos para llegar al comunismo. Lenin, en cambio, justificó el triunfo de la revolución en Rusia saltándose varios escalones: del feudalismo ruso al socialismo de los bolcheviques.

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La tesis central en la mitología tercermundista y latinoamericana, es la siguiente:  la prosperidad de los países occidentales avanzados (y del Japón) se debe esencialmente al saqueo a que han sometido al Tercer Mundo; y que inversamente, el atraso y la pobreza del Tercer Mundo se explican esencialmente por la misma causa.

No obstante, ese postulado es rechazado por el propio Engels en su libro “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, donde argumenta razones naturales del desarrollo que influyeron en los diferentes grados de los desarrollos de los pueblos:

-El rasgo característico del período de barbarie es la cría controlada de animales domésticos y el cultivo sedentario de la tierra. Y se da el caso de que el llamado Viejo Continente tenía casi todos los animales aptos a la domesticidad y todos los cereales cultivables con la sola excepción del maíz, mientras que el Hemisferio Occidental no tenía más mamífero domesticable que la llama (natural de apenas una reducida zona andina) ni más cereal que el maíz”. El efecto de éstas y otras condiciones naturales fue que de allí en adelante cada hemisferio (y luego distintas zonas dentro de ellos) “comenzaron a diferenciarse, y por consiguiente también los hitos y las líneas divisorias entre los diferentes estadios de desarrollo histórico”.

Dice Engels que por las razones anotadas y por otras, en especial la mejor alimentación, el grado superior del estadio de barbarie (y con mucha más razón la civilización) “fue alcanzado independientemente sólo en el Hemisferio Oriental”. En ese grado superior del estadio de barbarie “se logró más progreso en el proceso de producción que en todos los estadios humanos anteriores juntos... Encontramos por primera vez el arado de hierro tirado por bueyes, que “hizo posible, en las condiciones que entonces prevalecían, un aumento prácticamente ilimitado de los medios de subsistencia...

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La religión:

-El catolicismo que vino con los españoles fue permisivo a la hora de las transgresiones de las leyes; en cambio el protestantismo traído por los inglese a Norteamérica fue más exigente para regular la conducta de los colonos. Donde las leyes no son observadas hay caos y menos progreso.

-La Iglesia Católica vio en el comunismo un enemigo potencial al principio , pero luego cambió esta tesis y empezó a considerarlo como un aliado:  los pobres del socialismo sólo les quedaba la consolación espiritual del cristianismo.

-El repunte de la religión en los países socialistas se debe a que ese sistema de gobierno no alcanzó riquezas materiales. Quedaba entonces ser pobre y honrados ; de allí el cristianismo como refugio.

-Un discípulo del Che, el cura guerrillero colombiano Camilo Torres, llegó a decir que el Cristo mismo hubiera sido guerrillero, de haber vivido en Latino américa en nuestra época.

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El hombre nuevo:

-Para el Che, había una línea continua entre las virtudes del guerrillero y su “contagio” a toda la sociedad socialista que sería una “democracia armada” (una sociedad de guerrilleros) finalmente compuesta abrumadoramente o hasta exclusivamente, por reformadores sociales. Los incentivos materiales no serían necesarios, el trabajo sería voluntario, el dinero no existiría, y dentro de la abundancia lograda sin gran esfuerzo en una economía organizada “para el servicio y no para el lucro”, cada cual retiraría de los depósitos comunales los bienes y los alimentos necesarios para su subsistencia.

-Puede considerarse interesante el énfasis del Che sobre las virtudes del guerrillero, “hombre nuevo” antes de producirse las condiciones post-revolucionarias para la desaparición del egoísmo, del individualismo y de los conflictos sociales, debidos exclusivamente, según el marxismo, a la existencia de la propiedad privada y a la lucha de clases que sería su consecuencia.

-Sin excepción, los socialistas, aun pre-marxistas, daban por sentado que el objetivo de la revolución no podía ser otro que crear las condiciones para el surgimiento natural e inevitable (no voluntarista ni heroico) de un hombre nuevo, quien en realidad no sería nuevo en absoluto, sino que sería el viejo “buen salvaje”, que todos llevamos adentro, reprimido por la civilización, y quien desde luego, al desperezarse tras su larguísimo sueño y encontrarse con todas las maravillas que de todos modos la corrompida civilización le habrá dejado en herencia, se convertirá nada menos que en un superhombre, y el mundo en un supermundo.

-Kautsky nos dice que con la sociedad socialista “nacerá un nuevo tipo de hombre..., un superhombre, un hombre sublime’. Trotsky entra aún más en los detalles: ‘el hombre será mucho más fuerte, mucho más perspicaz, mucho más fino. Su cuerpo será más armonioso, sus movimientos más rítmicos, su voz más musical. El promedio humano se elevará al nivel de Aristóteles, de Goethe, de Marx.

15

El norteamericano cultivaba la tierra con sus propias manos. Los españoles recurrieron a la mano de obra esclava para el mismo propósito. La economía basada en la esclavitud es menos productiva y no competitiva. Los estados del Sur de Estados Unidos usaron mano de obra esclava como en Hispanoamérica y por eso su atraso y deficiencias son semejantes.

16

La conquista española se hizo por y para el catolicismo. El catolicismo sirvió a la conquista y a la colonización, y la conquista y la colonización sirvieron al catolicismo. En seguida, y hasta mediados del siglo XIX, es decir en los 350 años decisivos en la formación de la cultura y de las estructuras políticas y sociales de Latinoamérica, el catolicismo fue a la vez el cerebro y el espinazo de la sociedad latinoamericana.

17

Las diferencias entre las dos Américas no es sólo de éxito económico y de poder, sino de moralidad pública y privada. Desde este punto de vista, esencial para quienes, creyentes o no, estamos persuadidos de que el cristianismo es mucho más una superestructura hipócrita de relaciones de dominación y de juegos de intereses, y un velo piadoso de comportamientos cínicos e inmorales, la sociedad protestante norteamericana aparece como más cristiana (o menos anticristiana) que la sociedad católica latinoamericana, y en todo caso mucho más exigente de conducta socialmente constructiva (aun en la disidencia) y de buena fe en los asuntos corrientes y en las relaciones interpersonales. Por ejemplo, no vemos en la sociedad norteamericana nada comparable a la pavorosa indefensión de la mujer-madre-soltera que es la regla de la sociedad latinoamericana, donde no es raro que dos de cada cinco niños nazcan de acoplamientos circunstanciales, con frecuencia tan fugaces que el padre no conocerá al recién-nacido, hijo de un disfraz. En la sociedad norteamericana, ocuparse la generación en edad de procrear de los hijos procreados es lo normal.

18

Fray Bartolomé de las Casas justificó el sacrificio de humanos que hacían los indios (el buen salvaje) con un argumento bíblico de que lo hacían para agradar a Dios: quienes inmolan a otros hombres en los altares, tendrían un muy exaltado concepto de la Divinidad. Las Casas es un antecedente genuino de los actuales “curas revolucionarios”.

19

Los comunistas han dejado de prometer la abundancia sin límites, y se han convertido en apologistas de la pobreza ejemplar y compartida por todos, como alternativa a la sociedad de consumo capitalista.

20

El hombre nuevo, en Cuba, China, Viet Nam, etc., no posee prácticamente nada, pero sería dueño de sí mismo, no está alienado por neveras, aspiradoras o televisores, y mucho menos por programas de radio o televisión que, junto con anuncios para esas y mil otras cosas, difundan información u opiniones, distintas a lo que el hombre nuevo debe conocer y pensar. Toda su satisfacción en la vida, le vendrá de saber que el sacrificio de sus aspiraciones como individuo es el precio de la justicia, del triunfo del bien sobre el mal, de la salvación. De esta manera ha llegado el comunismo a desembocar inesperadamente en una coincidencia casi perfecta con formulaciones ascéticas y antimercantiles muy antiguas y muy arraigadas, que en otra época rechazó como oscurantistas y mentirosas, apuntadas a engañar y adormecer a los seres humanos con promesas de una felicidad ultraterrena a cambio de la pobreza de este mundo, mientras en realidad estaban siendo explotados por los capitalistas en alianza con los sacerdotes.

21

Se pretende tomar como un dato indiscutible, para el propósito de convencemos a los latinoamericanos de que somos descendientes de aquellos indios, y víctimas, junto con ellos, igual que ellos, de Occidente; cuando la verdad es que somos sobre todo herederos biológicos y culturales de los presuntos invasores, y en segundo término tributarios de todos quienes, norteamericanos o europeos, han continuado contribuyendo en el transcurso del tiempo a la cada vez mayor occidentación y modernización de América Latina.

22

Ya en 1884, la inteligencia y la ausencia de prejuicios “tercermundistas” de Federico Engels lo había llevado, por pura lógica, a la conclusión de que las sociedades precolombinas americanas, desprovistas de casi todos los cereales, de todos los animales domésticos salvo la llama (y ésta en una reducida zona andina), del hierro y de la rueda, forzosamente tuvieron que ser muy pobres en población y en vitalidad, y casi seguramente no alcanzaron a reunir ni  siquiera medio millón de hombres bajo un solo liderazgo y mucho menos dentro de una sola aglomeración urbana.

23

Algunos catalogan a la sociedad inca de socialista con el buen salvaje incluido; no obstante, “los súbditos de los incas eran seres humanos sólo en el sentido zoológico. De hecho, eran mantenidos como ganado en el corral. Al igual que el ganado no tenían preocupación material alguna, porque su mejoramiento personal no dependía de su propia conducta”. (Ludwig von Mises).

24

Los Incas y los Aztecas no contaban con la participación popular en los sistemas políticos peruano y mexicano, y esto los hizo incapaces de sobrevivir a la captura y destrucción de su alto liderazgo, y a la vez permitió a los españoles tomar control de esas sociedades con el simple expediente de ocupar los puestos de comando. Cortés conquistó México al frente de 600 hombres. Pizarro no logró reunir sino 180 para la empresa de hacerse con el Imperio de los Incas.

25

Los ingleses se denominaron inmediatamente “americanos” porque se integraron, porque vinieron a trabajar. Los españoles no se identificaron con el nuevo continente porque renegaban de la propia España y vinieron a hacer fortuna.

26

La reforma agraria la quieren contraponer al latifundio. Pero grandes latifundios de Estados Unidos y Canadá obtienen buenos resultados porque sus trabajadores obtienen buenos sueldos y sus vidas campestres no se diferencian , de la de los citadinos . El latifundio es un lastre casi mortal, o mortal cuando tiene su origen en una sociedad esclavista, como sucedió en el Imperio Español de América, por las consecuencias que ello tiene en la formación de actitudes y comportamientos tanto en los amos como en los esclavos, y en sus descendientes.

27

Los argumentos “tercermundistas” fueron inventados por los esclavistas sureños: creían que su atraso se debía al progreso de los norteños.

28

Hispanoamérica no estaba preparada para el autogobierno luego de logran su independencia. Por eso surgirá el caudillo como una necesidad histórica.

29

La alcabala permanente que todavía se encuentra en las más modernas rutas hispanoamericanas demuestra la supervivencia de esa hostilidad hispánica contra el libre tránsito de personas y mercaderías, de una desconfianza principista contra todo cuanto no esté iniciado o por lo menos expresamente autorizado y supervisado (lo cual en la práctica quiere decir estorbado o impedido) por el Estado.

30

La viveza criolla:

-No ha sido posible impedir que un número significativo de médicos sean remunerados por horas que no pueden materialmente cumplir, mientras mantienen además su consulta privada y posiblemente una cátedra universitaria.

-Las universidades latinoamericanas son improductivas porque dependen completamente del presupuesto del Estado. Por esa situación parasitaria profesores y estudiantes se proclaman “revolucionarios”.

31

Casi al día siguiente de graduarse, los estudiantes dejan de ser activamente contestatarios, si es que alguna vez lo fueron; porque ser “revolucionario” en una Universidad latinoamericana es más o menos tan heterodoxo y tan arriesgado como ser ferviente católico en un seminario irlandés. Por eso no es extraño que una vez fuera del ambiente universitario, los egresados más listos aspiren sobre todo a extraer de la sociedad beneficios excesivos, sobre la base de haber sido privilegiados con una educación superior gratuita, de estar armados con un diploma que en Latinoamérica equivale a los títulos de la pequeña nobleza del Antiguo Régimen.

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El caudillo:

EL PROBLEMA político de la América Española independiente, expresado en su forma más sencilla y general, ha sido que las diferentes repúblicas no han logrado restablecer un equilibrio institucional en reemplazo del que fue destruido con el Imperio Español entre 1810 y 1824.

En los últimos 50 años México ha sido el único país latinoamericano que no ha tenido cambios de gobierno violentos, distintos a los previstos por su Constitución y causados por guerras civiles o golpes de estado militares. En contraste (y más “latinoamericanamente”) en ese mismo país la jefatura del Estado cambió de manos irregularmente 46 veces en el primer cuarto de siglo de vida independiente. En Venezuela hubo cincuenta guerras civiles en menos de un siglo (entre 1830 y 1902 una de ellas (la llamada Guerra Federal, o “guerra larga”) entre 1859 y 1863, tan atroz y destructiva como la Guerra de Independencia, medio siglo antes. En Bolivia ha habido desde 1835 hasta hoy más de ciento sesenta guerras civiles o golpes de estado, un promedio de más de una tal convulsión cada año. Etc.

De estas discordias por el poder surge el caudillo.

33

De los supercaudillos, Arturo Uslar Pietri ha escrito: “Rosas, Páez, Porfirio Díaz, Juan Vicente Gómez fueron productos de la tierra, de la tradición y de la necesidad histórica. Representaban a cabalidad, y allí reside el secreto de su inmenso y efectivo poder, la realidad de un mundo rural que había roto los lazos del Imperio Español para tratar de implantar instituciones republicanas y liberales que no tenían ninguna base en su pasado. El caudillo histórico fue la fuerza autóctona que llenó el vacío de poder. (Hispanoamérica) produjo de hecho... una forma de organización (social) que estaba en pugna con los ideales republicanos a la europea, pero que correspondía profunda y estrechamente a (su) estructura económica y socia1...

34

En 1908, en vísperas de su ocaso, el supercaudillo mexicano Porfirio Díaz declaraba: “Creo que la democracia es el único principio de gobierno justo y verdadero, pero en la práctica es posible disfrutarlo sólo a pueblos muy desarrollados... Aquí en México tenemos condiciones muy distintas (a las que permitirían el funcionamiento de la democracia). Recibí el gobierno de manos de un ejército victorioso, en un momento cuando el pueblo estaba dividido y sin preparación para el ejercicio de la democracia. Haber cargado al pueblo de una vez con la responsabilidad de autogobernarse, hubiera tenido como consecuencia desacreditar la

democracia”

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En Latinoamérica los supercaudillos han sido, además, los verdaderos integradores de nuestras precarias nacionalidades, al lograr la hazaña de establecer una red de obligaciones interpersonales recíprocas sobre todo el territorio, crea por primera vez ejércitos modernos, profesionales y centralizados, en lugar de las montoneras cantonales o regionales, tender telégrafos que hicieron posible recibir información.

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Porfirio Díaz:

Antes de Porfirio, “ni la vida ni las propiedades tenían seguridad”. Bajo Porfirio “México se ha colocado entre las naciones pacíficas y útiles”. Antes de Porfirio no había en México sino dos pequeñas vías férreas de pocos kilómetros. Ahora había más de 30.000 kms. De ferrocarriles “casi todos con gerentes, maquinistas y conductores norteamericanos” (y, de más está decirlo, de propiedad norteamericana). Antes de Porfirio el correo era lento, costoso, irregular, inseguro, transportado en diligencias tiradas por caballos, normalmente asaltadas dos o tres veces por bandidos en un viaje típico entre, digamos, México y Puebla. Ahora había un correo barato, seguro y rápido, sirviendo todo el territorio11 con más de dos mil doscientas oficinas postales. Antes de Porfirio había escasas líneas telegráficas, de funcionamiento incierto. Ahora había más de 75.000 kms. de hilos telegráficos: y en cuanto a su mantenimiento, “una de mis primeras medidas (dice Porfirio a Creelman) fue imponer la pena de muerte sumaria (por daño al telégrafo). En casos de interrupción del servicio por cortes de la línea, si el criminal no era capturado, el comandante militar del distrito sufría la pena en su lugar. Si el corte ocurría en terrenos de una hacienda, el propietario que no había impedido el delito (ocurrido en su propiedad, luego bajo su responsabilidad) era colgado del poste de telégrafo más cercano (al corte de la línea). Estas eran órdenes militares... Mejor derramar un poquito de sangre para evitar grandes derramamientos más tarde. (Además) la sangre derramada era mala sangre, la sangre que salvamos, sangre buena”...

37

En setiembre de 1955, un golpe de estado militar apartó a Perón, con el pretexto de que su gobierno había llegado a extremos intolerables de corrupción administrativa. El pueblo peronista, los “descamisados” hicieron algunas débiles manifestaciones en favor del dictador derrocado. Su consigna era lamentable: “Ladrón o no ladrón, queremos a Perón”.

38

Betancourt sobre Fidel Castro:

En Fidel, Latinoamérica y el mundo unánimes (inclusive los Estados Unidos) saludaron, en el primer momento, a un héroe auténtico, un social-demócrata revolucionario, un David guerrillero que había derrotado al Goliat-Fuerzas Armadas, un reformista radical católico, un joven Hércules capaz de limpiar los establos de Augias de la corrompida política cubana. Betancourt permaneció escéptico. Había conocido a Fidel durante su exilio, en La Habana, cuando el cubano era un terrorista universitario, un idealista y un valiente, pero también un aventurero y un ególatra.

39

Los del intento de magnicidio de Betancourt:

Quienes se han tragado la propaganda comunista sobre la supuesta ferocidad del gobierno venezolano de esa época, deben saber que los autores del atentado, capturados, no sufrieron ningún maltrato, fueron debidamente juzgados y condenados a penas relativamente leves. El régimen de su detención fue tan indulgente, que uno pudo escaparse saltando por una ventana. Diez años más tarde ya ninguno de ellos estaba preso, por haber cumplido sus penas, con reducciones debidas a buen comportamiento o por medidas de indulto o de amnistía.

40

Al rechazar el Premio Nobel en 1964, Jean-Pau1 Sartre creyó justo y necesario incluir en su renuncia, dirigida a la Academia Sueca, una referencia a los heroicos guerrilleros (comunistas) y al horrendo gobierno (social-demócrata) de Venezuela, el cual había cometido el pecado de primero resistir a la tentación de declararse solidario en palabras y en actos con la Revolución Cubana (tal como hizo el también social-demócrata Allende, por vanidad y debilidad de carácter, mucho más tarde.)

41

Allende. Salvador Allende no fue electo Presidente de Chile por   una mayoría absoluta del voto popular. Recibió sólo 36,2 por ciento del voto, contra un porcentaje apenas menor (34,9 por ciento) para el candidato conservador, Jorge Alessandri, y 27,8 por ciento para el candidato demócrata-cristiano, Radomiro Tomic1. En Chile, cuando ningún candidato obtenía la mayoría absoluta, la Constitución pautaba no una segunda vuelta de votación popular entre los dos candidatos favorecidos con las dos primeras minorías (como en Francia), sino que era el Congreso quien debía perfeccionar la elección. En 1970 los demócrata-cristianos hubieran podido, sin violar ni la letra ni el espíritu de la constitución chilena, aliarse con los congregantes para elegir Presidente a Alessandri, tal como los partidos de Chaban-Delmas prefirieron hacer Presidente a Giscard D'Estaing antes que abrir el paso a Francois Mitterrand, candidato favorecido con la primera minoría en las elecciones presidenciales francesas de 1973. Después de todo, tanto el sistema constitucional francés como el que imperaba en Chile en 1970 tienen en común la intención de conducir dentro del mejor espíritu democrático, a soluciones de consenso, de compromiso, de transacción. Y en Chile, en 1970, un desarrollo perfeccionado de esta previsión constitucional fue propuesto por Alessandri a los demócrata-cristianos. Frei era por largo trecho el dirigente demócrata-cristiano más prestigioso, representativo y aceptable no sólo para la mayoría de su propio partido, sino para la mayoría de los chilenos. No había podido presentarse de nuevo en 1970 como candidato porque la Constitución chilena impedía la reelección inmediata del Presidente saliente. Y Tomic había sido juzgado demasiado a la izquierda por los conservadores, quienes además habían visto en el izquierdismo de Tomic, no suficientemente distinto a las proposiciones teóricas de Allende, la oportunidad de lograr, con Alessandri, la primera minoría para un candidato propio, lo cual estuvo a punto de suceder.

-Salvador Allende estaba comprometido, si no consigo mismo, sí con los elementos castristas y guevaristas de la Unidad Popular, a intentar convertir la sociedad democrática, de transición, de valores compartidos, homogénea, tolerante, respetuosa de las ideas ajenas que efectivamente existía en Chile hasta 1970 en una sociedad marxista-leninista, inspirada a grandes rasgos en el modelo cubano.