martes, 5 de marzo de 2024

MI LUCHA

 

MI LUCHA (1925-1926)

 Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 


 

Mi lucha de Adolfo Hitler es un libro autobiográfico, pero también un proyecto político. El autor habla de su entorno familiar, su infancia, sus dificultades por la pobreza y sus preferencias profesionales. Desde joven sintió aversión y desprecio por otras razas (Alemania se ha convertido en una Babilonia de razas). Dice que el Estado existe para conservar la raza. Culpa de todos los males de Alemania al marxismo y a los judíos. Moisés persigue la conservación de su propia raza. Leyó muchos libros antisemitas que reforzaron sus motivos para odiar a los judíos. Analiza el hambre y el desempleo en su país y esboza sus planes para ampliar el territorio de su nación a costa de países europeos. Ataca las democracias y el parlamentarismo a los que considera instituciones inútiles. Esboza sus ideas sobre la eugenesia y el darwinismo social. Denigra de la paz y el comercio como medio para mantener la primera. Rechaza que haya un pueblo elegido por Dios, porque eso le ha servido a los judíos para establecer un Estado dentro de otro Estado. Dice que se puede llegar al poder con votos, pero si un gobierno recurre a métodos ilegales hay que atacarlo con métodos ilegales. En la lucha política concede suma importancia a la oratoria y a la propaganda. Esta última tiene un eje tansversal: Culpar siempre al adversario (enemigo) de todas las calamidades del país, aun a sabiendas de que tú mismo eres el culpable.

itler copió la disciplina de la Iglesia y también sus dogmas, estos últimos los formuló así: No reconocer los avances científicos si contradicen la ideología nacionalsocialista, así como lo hace la Iglesia que se refugia en sus “misterios”.

El deporte para el joven alemán, y futuro soldado de la patria, debe ser practicado de manera espartana. El mejor deporte por su fortaleza y beligerancia es el boxeo.

 

Hitler vocifera, a los cuatro vientos, que pretende establecer un Estado racista, donde no hay lugar para individuos que son “mitad hombres, mitad monos”.

La organización y la parafernalia de los comunistas lo impresionó tanto que escogió el color rojo para su partido, el brazalete y sus marchas eufóricas.

Una propaganda escrita no convence tanto como la pronunciada en un mitin.

Para que una ideología se imponga debe ser intolerante.

 

ALGUNAS FRASES Y PÁRRAFOS

 

1

 

Un grave cargo más pesó sobre el judaísmo ante mis ojos cuando me di cuenta de sus manejos en la prensa, en el arte, la literatura y el teatro. Comencé por estudiar detenidamente los nombres de todos los autores de inmundas producciones en el campo de la actividad artística en general. El resultado de ello fue una creciente animadversión de mi parte hacia los judíos. Era innegable el hecho de que las nueve décimas partes de la literatura sórdida, de la trivialidad en el arte y el disparate en el teatro gravitaban en el debe de una raza que apenas si constituía una centésima parte de la población total del país.

2

En cuanto folleto socialdemócrata llegaba a mis manos examinaba el nombre de su autor: siempre era un judío. Examiné casi todos los nombres de los dirigentes del partido socialdemócrata; en su gran mayoría pertenecían igualmente al “pueblo elegido”, lo mismo si se trataba de representantes en el Reichstag que de los secretarios de las asociaciones sindicalistas, de los presidentes de las organizaciones del partido que de los agitadores populares

3

 

Si el judío con la ayuda de su credo marxista llegase a conquistar las naciones del mundo, su diadema sería entonces la corona fúnebre de la humanidad y nuestro planeta volvería a rotar desierto en el éter como hace millones de siglos.

4

La democracia del mundo occidental de hoy es la precursora del marxismo, el cual sería inconcebible sin ella. Es la democracia la que en primer término proporciona a esta peste mundial el campo de nutrición de donde la epidemia se propaga después.

5

Yo establezco diferencia entre la sabiduría de la vejez y la genialidad de la juventud; la primera solo puede apreciarse por su carácter más minucioso y previsor, como resultado de las experiencias de una larga vida, en tanto que la segunda se caracteriza por una inagotable fecundidad en pensamientos e ideas, las cuales por su cúmulo tumultuoso, no son susceptibles de elaboración inmediata.

´6

Los marxistas son unos villanos, y los villanos no tienen honor.

7

La libertad de prensa es una cháchara.