viernes, 22 de febrero de 2019

EL COMPLOT DE LAS BATAS BLANCAS





EL COMPLOT DE LAS BATAS BLANCAS, EL PELIGRO DE DECIR TODA LA VERDAD EN UNA CONSULTA MÉDICA Y UN RECUERDO PERSONAL.
Edgardo Malaspina
1
El Complot de las Batas Blancas, también llamado el Complot de los Médicos, fue un famoso caso inventado por Stalin para eliminar principalmente a destacados personalidades de origen judío, en el marco de sus relaciones tensas con la recientemente fundada nación de Israel.
Según el dictador algunos médicos utilizaban tratamientos para asesinar a altos dignatarios soviéticos y del partido comunista. Estos médicos supuestamente acataban órdenes del imperialismo, y por eso fueron declarados traidores a la patria. También se les sometió al escarnio público con la etiqueta de “médicos  asesinos”.
Pravda, el órgano oficial del partido comunista, publicó un artículo en primera plana con el título de  “Verdaderos espías y asesinos con máscaras de profesores-médicos”; y el periódico humorístico El Cocodrilo mostro una caricatura de un médico “desenmascarado”, alzado por el cuello de su bata por la mano todopoderosa del Estado vigilante y protector.
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En realidad era el principio de una operación de Stalin para liberarse de algunos de sus compañeros de partido, tales como Mólotov, Mikoian, Voroshilov y Kaganovich. El arresto de los  “conspiradores” se inició en  enero de 1953. Los primeros en ser encarcelados y torturados (varios murieron en los interrogatorios) fueron los médicos del kremlin. Stalin murió el 5 de marzo de 1953 sin atención médica, precisamente porque los mejores galenos estaban tras las rejas. Inmediatamente luego de la muerte del dictador los galenos fueron liberados y completamente rehabilitados.
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Vladimir Vinogradov (1882-1964) fue un destacado médico internista ruso, considerado uno de los pioneros de la Cardiología, la Gastroenterología, y la Neumonología soviéticas. Era profesor de varios institutos médicos y fundó el primer departamento hospitalario en la URSS para el tratamiento de los infartados. Con tan buena hoja curricular fue designado uno de los médicos privados de Stalin en 1940.
Como Vinogradov era uno de los primeros en la práctica clínica y en la academia, fue también fue uno de los primeros en ser acusados de conspirador.
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En 1952 Stalin regresó de su dacha (casa de campo rusa) muy enfermo. Era hipertenso, bebía y fumaba mucho. Llamó a Vinogradov para que lo examinara, y el médico cometió el error de decirle toda la verdad, y además le recomendó dejar el cigarrillo, abandonar el trago y guardar reposo. Stalin calló, pero pensó: “¿Un reposo? En realidad, este traidor a la patria me quiere fuera del juego”.  Lo primero que hizo el Koba (apodo de Stalin) fue sacar a Vinogradov del Kremlin, y luego empezó a tramar su venganza, la cual materializó con el asunto criminal contra los médicos.
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 Después de ser torturado, Vinogradov, que ya tenía setenta años, reconoció que en sus consultas a los camaradas había actuado con mala intención y que todo era parte de un complot mayor internacional para asesinar a los altos jerarcas del  gobierno soviético.
La tortura, además de los golpes, consistía en mantenerlo esposado con las manos hacia atrás en el día, y en la noche hacia delante; mientras permanecía desnudo por largos periodos en una nevera.
¡Así cualquiera confiesa lo que le pidan!
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Uno de mis profesores más emblemáticos y populares fue Vladimir Vinogradov hijo (1920-1986), jefe de la Cátedra de Cirugía. Su forma de ser era una combinación de contradicciones anímicas: soberbio y bondadoso, burlón y comprensivo, locuaz y silencioso, etc.
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Vinogradov representaba más edad de la que cargaba sobre sus hombros: apenas tenía sesenta años cuando fue nuestro profesor, pero parecía un anciano, aspecto que acentuaba, aún más,  una ligera joroba. Tras su  carácter huraño y reservado estaba encerrada, probablemente, con todas las consecuencias y huellas morales del caso, una parte de la historia de las represiones estalinistas. Porque las sospechas y retaliaciones contra una persona eran extensivas hasta los familiares de los indiciados. Así que nuestro Maestro Vinogradov también recibió algunas gotas de la bilis que le dieron al padre. De allí le venía lo amargo de su talante.
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En las clases magistrales Vinogradov criticaba duramente algún tratamiento quirúrgico descrito en los manuales  y  proponía su propio método, como el que inventó para tratar la pancreatitis aguda. A Andrés Vasilevski,  su colaborador, pero al que trataba más bien como a un paje, le hacía observaciones en alta voz (por no decir con gritos) y lo llamaba “Andriusha” (Andresito). Este diminutivo, en ocasiones sonaba despectivamente; y en otras, con cariño.
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Luego de una intervención quirúrgica, Vinogradov se retiraba a un rincón del pasillo y fumaba. Se iba al cafetín y se sentaba. Pedía una taza de café negro, sobre la cual vertía  licor de una botellita que cargaba siempre en un bolsillo de la bata. Nos miraba, esbozaba una sonrisa y en tono irónico decía: un “profiesor” tiene derecho a beber café con coñac.
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Enfermó de cirrosis hepática con todas  sus etapas, incluyendo la hemorrágica;  y llegó a vivir en una sala del hospital de manera permanente. Era al mismo tiempo médico y paciente. Pero luego, con el avance de las complicaciones, abandonó sus quehaceres hipocráticos y docentes para convertirse solamente en un enfermo terminal.
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Me correspondió rendir el examen estatal de Cirugía, precisamente, a Vinogradov. Luego de la evaluación práctica señaló los retratos de los pioneros de la cirugía rusa. Por mis ojos desfilaron Pirogov, Sklifosovski, Vishnevski, Spasokukoshki, Burdenko y otros. Luego vino una especie de debate en el que claramente yo llevaba la peor parte. Al final dijo que cuando nos graduamos de médicos, tenemos muchos conocimientos pero poca práctica. “Vendrá la experiencia y todo se emparejará”. Al despedirme me sugirió que viajara hasta la última morada de Pirogov en Ucrania. Este  mandato lo cumplí cuando visité el museo del padre de  la cirugía rusa en Vinnitsa  y pude ver su cuerpo embalsamado.
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Vladimir  Vinogradov hijo es considerado en la actualidad uno de los baluartes más  talentosos y brillantes en la historia de la cirugía rusa. En su memoria se realizan todos los años en Moscú unas jornadas quirúrgicas que llevan su nombre.
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Yo recuerdo a Vinogradov con un sentimiento ambiguo que se mueve entre la admiración y la tristeza.
IMÁGENES
1.     El famoso artículo de Pravda junto a la caricatura de El Cocodrilo.
2.     Vladimir Vinogradov padre.
3.     Nuestro profesor Vladimir Vinogradov hijo (a la izquierda) en plena intervención quirúrgica.
4.     Una clase con “Andriusha”, el ayudante de Vinogradov.

martes, 19 de febrero de 2019

LA HUELGA DE HAMBRE EN EL SOCIALISMOI



LA HUELGA DE HAMBRE EN EL SOCIALISMO
Edgardo Malaspina
1
Los bolcheviques (los futuros comunistas rusos)  en uso de sus derechos en libertad o cuando eran apresados durante el zarismo recurrían a la huelga de hambre para solicitar ciertas reivindicaciones políticas o en el sistema carcelario. Por lo general la sociedad rusa veía con simpatía estas formas de lucha. Casi siempre los huelguistas lograban su cometido porque el zar cedía y les otorgaba parcial o totalmente sus peticiones.
2
Las cosas cambiaron al implantarse el socialismo, y más aún con la llegada de Stalin al poder, quien empezó a sospechar de todos sus camaradas porque hablaban de democracia; y entonces inició su deportación  a los campos de concentración para que pagaran con trabajo forzados la osadía de tener sueños libertarios.
3
Alexander   Solzhenitsin dice en Archipiélago Gulag que los presos políticos eran sometidos a torturas psicológicas y corporales para quebrantar su fuerza de voluntad: interrogatorios en las madrugadas, persuasión, palabras soeces, humillaciones como obligarlos a estar acostados por largas horas sin levantar la cabeza, strip.tease: una jueza se desvestía mientras instaba a un hombre a reconocer su culpa, amenazas contra los familiares, intimidaciones, el método sonoro: gritar las supuestas culpas, el método de la luz : un foco de alta potencia día y noche en la celda, insomnio, cámara de chinches, aplicarle cosquilla infinitamente y debilitar al preso dejándolo pasar hambre.
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Pero si el preso recurría a la huelga de hambre la cosa cambiaba. Lo agarraban entre varios, le colocaban un tubo en la boca y le introducían los alimentos.
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Si el preso insistía en su huelga de hambre, entonces era enviado al psiquiatra, quien sin hacerle preguntas le decía:
-Usted tiene claros síntomas de esquizofrenia.
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Pero algo escapaba a las autoridades: empezaron a morirse algunos presos que recurrían a la huelga de hambre.
¿Qué hacer? La gran pregunta de Chernisheski y Lenin, y que ahora se hacía Stalin.
Muy sencillo: para eso están las leyes. Emitieron un decreto, según el cual  “la huelga de hambre como método de lucha está prohibida”; además agregaban que “el gobierno jamás es responsable por las muertes en una huelga de hambre”.
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Solzhenitsin cita un refrán ruso que es una especie de cuchillo de doble filo: “Al que recuerde lo viejo, que le saquen un ojo; y al que lo olvide que le saquen los dos”.



viernes, 8 de febrero de 2019

HISTORIA DE LA AMIBIASIS Y LA CRISIS EN NUESTRO PAÍS.







HISTORIA DE LA AMIBIASIS Y LA CRISIS EN NUESTRO PAÍS.

Por: Edgardo Malaspina
1

Las amebas son protozoarios, organismos unicelulares. Existen varias formas intestinales, tales como Endolimax nana, Entamoeba coli, Entamoeba dispar y Entamoeba histolytica, entre otras. Las tres primeras no son patógenas, es decir no provocan enfermedad en condiciones normales, y por lo tanto no exigen tratamiento. Pero la Entamoeba Histolytica es la culpable de la amibiasis.
2

 El médico ruso Fedor Alexandrovich Lesh (Liosh) fue el primero en estudiarla. Lesh nació en 1840.En 1858 ingresó a la Academia Médico-quirúrgica de San Petersburgo. Después de graduarse trabajo en una clínica privada tres años. En 1866 obtiene el Doctorado con la tesis “Infartos pulmonares en las embolias”. Viajó a Europa. En 1871 es profesor de patología y terapia .Hasta 1875  daba conferencias en los cursos femeninos de medicina. Trabajó en Kiev en la cátedra de diagnóstico clínico. Se ocupó de la Medicina Interna y publico 20 trabajos científicos. Especial atención dedicó a los parásitos intestinales.
3

 En 1873, en San Petersburgo, Lesh estudió el caso de un joven campesino que presentaba diarrea, malestar general y molestias rectales. Bajo el microscopio observó las heces del enfermo y notó formaciones en movimientos con seudópodos. Eran células amibianas, a las cuales denominó “amibas del colon”, o sea Amoeba coli. Lesh asoció la presencia de las amebas con la enfermedad del joven y aplicó tratamiento. Por primera vez se hacían ambas cosas en la Historia de la Medicina. No obstante el paciente murió.
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Lesh encontró en la autopsia ulceraciones en el colon. Luego introdujo material fecal del enfermo  a unos perros y en uno de ellos apareció el cuadro disentérico.
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 En los últimos días murieron 12 niños con amibiasis en el estado Anzoátegui por falta de medicamentos. La cifra, lamentablemente, tiende a crecer.

En un país donde la revolución del agua consiste en que el agua dejó de llegar por la tuberías y la gente come de la basura, las parasitosis intestinales tiene el campo abonado.


¿Alguien duda de que en Venezuela necesitamos ayuda humanitaria?

Estos niños eran perfectamente curables con el tratamiento adecuado.

jueves, 7 de febrero de 2019

EL APLAUSO INFINITO O EL SÍNDROME DE LAS FOCAS



EL APLAUSO INFINITO O EL SÍNDROME DE LAS FOCAS
Edgardo Malaspina
1
Uno de los puntos centrales de Archipiélago Gulag de Alexander  Solzhenitsyn gira en torno al culto de la personalidad hacia  Stalin, criticado luego, duramente, por  Nikita  Jruschov.
Hay un pasaje  tragicómico memorable en el segundo capítulo de la primera parte del libro. Se trata del aplauso infinito, el cual también podemos denominar “el síndrome de las focas”. Además del culto a la personalidad ya instaurado también se entiende como un camarada era arrestado y sustituido por otro camarada que también sería encarcelado como en esas reacciones atómicas en cadena.
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Se estaba celebrando una reunión del partido en un distrito de Moscú. La presidía el nuevo secretario en sustitución del anterior que ya estaba en la cárcel por traidor. Al final se tomó  una resolución de fidelidad al camarada Stalin. Todos se levantaron y empezaron aplaudir. “En la sala estallaron los aplausos torrenciales, que desembocaron en una ovación”.
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Pasaron tres minutos, cuatro minutos, cinco minutos y los aplausos seguían siendo torrenciales. A los camaradas le dolían las manos, los brazos se le dormían y les faltaba el aire, pero no paraban  de aplaudir.
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La situación era estúpida y ridícula pero nadie se atrevía a ser el primero en dejar de aplaudir porque podría ser acusado de infidelidad. El secretario recién nombrado sabía que su anterior en el cargo estaba preso. Por eso tenía miedo el ser el primero el cesar los aplausos. En la sala estaban los policías del NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) observando con suma atención quién sería el traidor que dejara de aplaudir de primero.
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Los aplausos llegaron a los ocho minutos. Estaban cansados y temían morir de un paro cardíaco. En medio de la sala se podía trampear y descansar un poco, pero los que estaban en la mesa del presidio estaban perdidos, convertidos en móviles perpetuos.
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A los once minutos de aplausos tenían caras de angustiados, y el director de una fábrica de papel que estaba en el presidio decidió para la locura y se sentó. Inmediatamente todos dejaron de aplaudir.
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En la noche los gendarmes visitaron la casa del director de la fábrica de papel. Lo acusaron por un motivo distinto y le dieron diez años de cárcel.
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Luego de la sentencia el juez instructor le dijo al director de la fábrica de papel:
-y nunca seas el primero en dejar de aplaudir.

martes, 5 de febrero de 2019

LA JUSTICIA SOCIALISTA SEGÚN ARCHIPIÉLAGO GULAG




LA JUSTICIA SOCIALISTA SEGÚN ARCHIPIÉLAGO GULAG
Edgardo Malaspina
1
Archipiélago Gulag (1973)  del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn está considerado uno de los libros más importantes del siglo XX porque relata en toda su extensión  los métodos inhumanos usados para implementar el socialismo y la inmoralidad del supuesto hombre nuevo del marxismo.
La experiencia de ese infierno que configuró la justicia soviética ha sido repetida con los matices correspondientes  en los países donde se ha intentado promover la construcción del socialismo. Es por eso que tiene sentido la decisión tomada por el gobierno de Putin* de introducir como materia obligada el estudio y análisis de esta obra  en la escuela secundaria rusa. Es buena idea que nuestros países deberían copiar.
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A principios de la revolución, en 1918, las ejecuciones se realizaban en el patio de una casa para que los vecinos pudieran contemplarla desde sus ventanas. Esto se hacía a propósito para intimidar. En 80 años el zarismo fusiló un poco más de 800 personas, en cambio la revolución en 6 meses envió al paredón a más de 8 mil personas. ! Así eran de humanitarios los rojos!  Las ejecuciones eran extrajudiciales.
3
Los que tenía manos suaves eran sospechosos de ser intelectuales y por lo tanto eran candidatos a la pena de muerte. Los universitarios eran llamados “canallas profesionales”. La “intelligentsia”, dijo Lenin, “no constituye el cerebro de la nación, en realidad los intelectuales son una basura”.
Los intelectuales se reunían para hablar de política y tomar el té. Una vez arrestaron a los participantes de una  de esas reuniones. Entre ellos estaba Alexandra Tolstaia. Le preguntaron en el tribunal: ¿Usted que hacía allí?
–Calentaba el samovar (utensilio típico de Rusia para hervir agua).
La decisión del tribunal fue: Tres años de campo de trabajo. ¡Por calentarles el agua a los intelectuales!
4
Una condena a muerte podía ser conmutada por prisión, cuyo tiempo se estipulaba de manera nebulosa: desde ya hasta la victoria completa sobre el imperialismo mundial.
 Una forma refinada de tortura era la siguiente: el reo esperaba su ejecución más de un mes viendo como ejecutaban a otros; luego lo perdonaban a varios lustros de prisión.
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Yákov Mijáilovich Sverdlov, el mismo que dirigió el asesinato del zar Nikolai  II y sus familia, apoyaba la ejecuciones sumarias con el argumento de que “Es una buena cosa que entre nosotros, al contrario que en Occidente, el poder legislador  y el ejecutivo no estén separados por un elevado muro. Todos los problemas pueden resolverse con rapidez”. Y así se decidía si un hombre seguiría viviendo o iría al patíbulo con solo hacer una llamada telefónica.
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Un tribunal era un órgano de lucha de la clase obrera para defender los intereses de la revolución. Hay que tener en cuenta que las personas no son personas sino determinados portadores de determinadas ideas. Pero en esos tribunales de la aurora de la revolución cambiaban sus sentencias, no por dinero, sino por mucho dinero. Esos jueces entendían que la felicidad no está en el dinero, sino en la cantidad. Los tribunales eran órganos de terror, soborno y corrupción.  Con el tiempo acusadores y jueces, en muchos casos, también fueron acusados y fusilados. Así nacía la revolución: torcida;  y árbol que nace torcido nunca su rama endereza.
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Cuando había dudas con respecto a un acusado igual se le fusilaba porque no importaba lo que hizo sino lo que pudiera hacer: “No nos protegemos únicamente contra el pasado, sino también contra el futuro”.
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Una mujer acusada cometió la imprudencia  de sonreír, creyendo que había demostrado su inocencia.  El juez la frenó: “Y a usted, ciudadana Ivanova, que tiene esa sonrisa tan expresiva, ya sabremos buscarle la vuelta; ¡Ya se encontrará  una posibilidad de terminar para siempre con esa sonrisa”.
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Los tribunales aceptaban los colaboradores secretos, es decir: los delatores que cumplían su labor por una buena paga “porque este trabajo no tiene nada de vergonzoso , tan pronto una persona reconozca que su actuación es necesaria para la Revolución…”
Uspenskaya empezó  como delatora y termino como juez instructor. Cuando no le cobraba al tribunal, le cobraba al acusado para detener el proceso.
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En los juicios participaba sólo la parte acusadora. Los testigos de la defensa no eran admitidos.
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Boris Savinkov se marchó de Rusia por no aceptar el régimen de los soviets. Vivía en París, pero cometió la imprudencia de regresar en 1924. Lo arrestaron y se lo llevaron a la Lubianka (famosa prisión de Moscú). Se le acusó de espionaje y de una retahíla de crímenes más que le cruzó por la cabeza al juez. La pena de muerte era inevitable, pero se argumentó que la justicia soviética no debía parecer una venganza. Se le conmutó por diez años de privación de libertad.
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En 1925 Savinkov se suicidó lanzándose desde una ventana al patio interior de la Lubianka. En 1937 Artur Strubel, el carcelero de Savinkov, estaba preso en un campo de concentración. Porque la revolución el verbo que mejor conjuga es “acusar”. Yo acuso, tú me acusas…y cada uno por turno paga con cárcel, luego de que se acusan mutuamente.
Bueno, Strubel reconoció que juntó con tres hombres más arrojaron por la ventana a Savinkov.
Solzhenitsyn dice que la práctica carcelaria revolucionaria es internacional.

NOTA: * Putin es admirador de Solzhenitsyn y su obra. “Ni siquiera durante su exilio Solzhenitsyn permitía que alguien hablara mal o con desprecio de Rusia, y resistía a cualquier forma de rusofobia” declaró Putin.


domingo, 3 de febrero de 2019

LA MEGAMARCHA DE SAN JUAN DE LOS MORROS, LA DIALÉCTICA Y UN VERSITO CHUCUTO.







LA MEGAMARCHA DE SAN JUAN DE LOS MORROS, LA DIALÉCTICA Y UN VERSITO CHUCUTO.
Edgardo Malaspina
1
Como todas las ciudades y pueblos de Venezuela, San Juan de los Morros respondió al llamado de nuestro presidente Juan Guaidó para continuar con las manifestaciones de calle y lograr los objetivos precisos trazados: cese de la usurpación, conformar un gobierno de transición y convocar elecciones universales libres y democráticas en el país.
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De las  calles y barriadas sanjuaneras empezaron a fluir desde temprano ríos de gente optimista de todas las tendencias políticas, incluyendo antiguos acólitos del régimen moribundo, cada vez más desdibujado.
Un joven sacerdote se nos acercó. Rezó un padrenuestro y nos bendijo. ¡Con la iglesia hemos topado, Sancho!
Nunca en San Juan de los Morros se había realizado una  marcha tan concurrida para protestar  a un gobierno que nos ha sumida en la más grande de las miserias materiales y morales de todos los tiempos. ¡Ruina total, absoluta, socialista, castrista, chavista, madurista y criminal.
3
Los comunistas utilizan un término que luego se les convierte en bumerang: dialéctica materialista. Es decir, lo único real es el cambio constante en la naturaleza y en la sociedad. Hegel habló de la dialéctica pero para referirse al movimiento de manera idealista. Marx y Engels la transformaron en dialéctica materialista (incluye el materialismo histórico): lo que hoy existe, puede no existir mañana porque se transforma.
Pero cuando los comunistas llegan al poder niegan la dialéctica y no quieren ser cambiados. Hasta allí llegó su coqueteo con la dialéctica: no me voy, no me cambian. Y la sociedad se estanca.
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La dialéctica materialista tiene tres leyes:
a.      Negación de la negación: una semilla se negó y dio paso a una planta. Un gobierno se negó y dio paso a otro gobierno. Por eso las constituciones democráticas  hablan de la alternancia del poder.
b.     Ley de la unidad y la lucha de los contrarios: la salud está en constante lucha contra la enfermedad. Son dos caras de un mismo fenómeno. En ocasiones triunfa una sobre la otra de manera constante y cíclica hasta la muerte. En política: hay un gobierno, pero también existe una oposición que quiere ser gobierno. Ambas partes deben cohabitar para mantener los equilibrios sociales. Ningunear a la oposición es ser antidialéctico.
c.      Ley del paso de la cantidad  a la cualidad: el agua se evapora en la medida que aumentan la cantidad de grados, y  cuando hierve  pasa a otro estado: el gaseoso. En Política: unas pocas personas, hoy son escuálidos pero mañana los escuálidos serán otros. ¿Y ahora, quiénes son los escuálidos?
5
Mientras pensaba en estas  lecciones elementales de filosofía de a centavo, un grupo de personas coreaba alegremente un verso de los que fuñen:
No quiero lenteja
Y tampoco yuca
Lo único que quiero:
Vete ya hijo…

Pero el bullicio de tanta gente me impidió escuchar el final del verso, y me quedé con la intriga y desazón que deja, por ejemplo, un libro al que le han quitado la última página, o una película, cuyo final no vemos porque se fue la luz, que por lo demás el algo natural en  Venezuela.
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¡Dios mío, no puedo dormir pensando en cuál será el final del versito chucuto!