martes, 5 de febrero de 2019

LA JUSTICIA SOCIALISTA SEGÚN ARCHIPIÉLAGO GULAG




LA JUSTICIA SOCIALISTA SEGÚN ARCHIPIÉLAGO GULAG
Edgardo Malaspina
1
Archipiélago Gulag (1973)  del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn está considerado uno de los libros más importantes del siglo XX porque relata en toda su extensión  los métodos inhumanos usados para implementar el socialismo y la inmoralidad del supuesto hombre nuevo del marxismo.
La experiencia de ese infierno que configuró la justicia soviética ha sido repetida con los matices correspondientes  en los países donde se ha intentado promover la construcción del socialismo. Es por eso que tiene sentido la decisión tomada por el gobierno de Putin* de introducir como materia obligada el estudio y análisis de esta obra  en la escuela secundaria rusa. Es buena idea que nuestros países deberían copiar.
2
A principios de la revolución, en 1918, las ejecuciones se realizaban en el patio de una casa para que los vecinos pudieran contemplarla desde sus ventanas. Esto se hacía a propósito para intimidar. En 80 años el zarismo fusiló un poco más de 800 personas, en cambio la revolución en 6 meses envió al paredón a más de 8 mil personas. ! Así eran de humanitarios los rojos!  Las ejecuciones eran extrajudiciales.
3
Los que tenía manos suaves eran sospechosos de ser intelectuales y por lo tanto eran candidatos a la pena de muerte. Los universitarios eran llamados “canallas profesionales”. La “intelligentsia”, dijo Lenin, “no constituye el cerebro de la nación, en realidad los intelectuales son una basura”.
Los intelectuales se reunían para hablar de política y tomar el té. Una vez arrestaron a los participantes de una  de esas reuniones. Entre ellos estaba Alexandra Tolstaia. Le preguntaron en el tribunal: ¿Usted que hacía allí?
–Calentaba el samovar (utensilio típico de Rusia para hervir agua).
La decisión del tribunal fue: Tres años de campo de trabajo. ¡Por calentarles el agua a los intelectuales!
4
Una condena a muerte podía ser conmutada por prisión, cuyo tiempo se estipulaba de manera nebulosa: desde ya hasta la victoria completa sobre el imperialismo mundial.
 Una forma refinada de tortura era la siguiente: el reo esperaba su ejecución más de un mes viendo como ejecutaban a otros; luego lo perdonaban a varios lustros de prisión.
5
Yákov Mijáilovich Sverdlov, el mismo que dirigió el asesinato del zar Nikolai  II y sus familia, apoyaba la ejecuciones sumarias con el argumento de que “Es una buena cosa que entre nosotros, al contrario que en Occidente, el poder legislador  y el ejecutivo no estén separados por un elevado muro. Todos los problemas pueden resolverse con rapidez”. Y así se decidía si un hombre seguiría viviendo o iría al patíbulo con solo hacer una llamada telefónica.
6
Un tribunal era un órgano de lucha de la clase obrera para defender los intereses de la revolución. Hay que tener en cuenta que las personas no son personas sino determinados portadores de determinadas ideas. Pero en esos tribunales de la aurora de la revolución cambiaban sus sentencias, no por dinero, sino por mucho dinero. Esos jueces entendían que la felicidad no está en el dinero, sino en la cantidad. Los tribunales eran órganos de terror, soborno y corrupción.  Con el tiempo acusadores y jueces, en muchos casos, también fueron acusados y fusilados. Así nacía la revolución: torcida;  y árbol que nace torcido nunca su rama endereza.
7
Cuando había dudas con respecto a un acusado igual se le fusilaba porque no importaba lo que hizo sino lo que pudiera hacer: “No nos protegemos únicamente contra el pasado, sino también contra el futuro”.
8
Una mujer acusada cometió la imprudencia  de sonreír, creyendo que había demostrado su inocencia.  El juez la frenó: “Y a usted, ciudadana Ivanova, que tiene esa sonrisa tan expresiva, ya sabremos buscarle la vuelta; ¡Ya se encontrará  una posibilidad de terminar para siempre con esa sonrisa”.
9
Los tribunales aceptaban los colaboradores secretos, es decir: los delatores que cumplían su labor por una buena paga “porque este trabajo no tiene nada de vergonzoso , tan pronto una persona reconozca que su actuación es necesaria para la Revolución…”
Uspenskaya empezó  como delatora y termino como juez instructor. Cuando no le cobraba al tribunal, le cobraba al acusado para detener el proceso.
10
En los juicios participaba sólo la parte acusadora. Los testigos de la defensa no eran admitidos.
11
Boris Savinkov se marchó de Rusia por no aceptar el régimen de los soviets. Vivía en París, pero cometió la imprudencia de regresar en 1924. Lo arrestaron y se lo llevaron a la Lubianka (famosa prisión de Moscú). Se le acusó de espionaje y de una retahíla de crímenes más que le cruzó por la cabeza al juez. La pena de muerte era inevitable, pero se argumentó que la justicia soviética no debía parecer una venganza. Se le conmutó por diez años de privación de libertad.
12
En 1925 Savinkov se suicidó lanzándose desde una ventana al patio interior de la Lubianka. En 1937 Artur Strubel, el carcelero de Savinkov, estaba preso en un campo de concentración. Porque la revolución el verbo que mejor conjuga es “acusar”. Yo acuso, tú me acusas…y cada uno por turno paga con cárcel, luego de que se acusan mutuamente.
Bueno, Strubel reconoció que juntó con tres hombres más arrojaron por la ventana a Savinkov.
Solzhenitsyn dice que la práctica carcelaria revolucionaria es internacional.

NOTA: * Putin es admirador de Solzhenitsyn y su obra. “Ni siquiera durante su exilio Solzhenitsyn permitía que alguien hablara mal o con desprecio de Rusia, y resistía a cualquier forma de rusofobia” declaró Putin.


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