sábado, 18 de febrero de 2023

[10] OFICIO DE DIFUNTOS (1.652) [26]

 

 

[10]OFICIO DE DIFUNTOS (1976)



Edgardo Rafael Malaspina Guerra

I

Oficio de difuntos (1976) de Arturo Uslar Pietri es una manera muy amena de conocer unos de los periodos más discutidos de la Historia de Venezuela: la presidencia de Juan Vicente Gómez (1908-1935). El autor narra los hechos tal cual ocurrieron y apenas cambia algunas fechas y nombres: Aparicio Peláez es Juan Vicente Gómez , Carmelo Prato es Cipriano Castro, el Manco Rodríguez es el Mocho Hernández , Tacarigua es Maracay, etc. Una de las ucronías de la novela se relaciona con el cura y poeta erótico(1) Carlos Borges quien figura con el nombre de Alberto Solana y pronuncia la oración fúnebre en el entierro de Gómez en 1935: En la realidad Borges murió en 1932.

 

(1)Este hermoso prendedor

de tan enroscadas crines

no me lo guindó el Señor

solo para echar orines.

 La novela narra la biografía del dictador desde la voz del padre Solana (cura corrupto, borracho que ta vez sólo leía el Cantar de los Cantares y cercano al caudillo) quien ha disfrutado de enormes privilegios durante la dictadura y que, ante la muerte de éste, se plantea el futuro que le espera cuando la oposición, perseguida hasta entonces, consiga el de poder. Solana pensaba que Gómez era eterno.

II

Arturo Uslar Pietri se enfoca en el periodo que va desde la Invasión de los 60, la llegada de Cipriano Castro al poder y su enfermedad que facilitó a Gómez su ascenso a Miraflores. Hay descripciones pormenorizadas sobre la diabetes que padeció Gómez en su fase terminal.

III

Se habla de la injusticias y crueldades de la dictadura, de los presos de La Rotunda y sus grillos; pero también se muestra a Gómez íntimo, cariñosos con sus hijos, patriarcal, amante de las labores agropecuarias, las peleas de gallo;  protector de la naturaleza, amigo de los amigos, duro con los traidores, atento y respetuoso con  sus adversarios en las audiencias luego de perdonarlos; lacónico, muy correcto  en las conversaciones (Decía “usted”, no le gustaba el “tú”) . La otra faceta mostrada es la del  “gendarme necesario”: pacificó al país, pagó la deuda externa, construyó carreteras, creó el ejército, la aviación, etc.

 

PÁRRAFOS

1

Él no era sino el padre Solana, Alberto Solana, ya viejo, ya enfermo, lleno de temores, con ganas de borrarse, de desaparecer, de caer en un inmenso pozo de olvido. Sentía con horror cómo el espacio se le reducía.

2

Le gustaban las mujeres (al padre Solana), el licor y la vida bohemia de los poetas. Con frecuencia se extraviaba. Los superiores lo amonestaban por sus repetidas faltas y por sus malas compañías. Algunos poemas de dulzón y morboso erotismo le eran atribuidos. Aquella aura demoníaca formaba parte de su sentimiento místico. Era sinceramente católico. La liturgia, los ritos, los misterios, la poesía y el contenido mágico del culto lo fascinaban. Temía a la condenación, pero amaba la vida, lleno de remordimientos.

- Solana :Aquí lo único que se puede escribir es un libro lleno de mierda para estrujárselo en la cara a tanto sinvergüenza, tanto cabrón romántico, tanto pelafustán exquisito, tanto honorable ladrón, tanto espía humanista. Aquí todo el mundo está en venta. Y ni siquiera por los treinta dineros de Judas. Por tres miserables centavos»

3

Las putas, el aguardiente y el poder han acabado con Prato (Cipriano Castro)

4

Peláez (Gómez) se limitaba a asentir con la cabeza y a responder con cortas palabras obvias.

5

(Gómez)Nunca dijo «tú» a nadie. Ni a los hermanos, ni a los padres, ni a los hijos, ni a las mujeres. «Usted» significaba la distancia defensiva que había que guardar de todo peligroso acercamiento de animal o de gente.

6

Él había visto muchas veces la suerte de los vencidos. Las casas abandonadas, las fincas invadidas, los familiares perseguidos y al final la pobreza, la cárcel y hasta la muerte.

7

El Manco Rodríguez, a quien sacó de la cárcel e hizo ministro, se marchó súbitamente de la capital a la cabeza de dos batallones y se proclamó en rebelión.

8

Para mí, por lo menos, todo ese cuento de godos y liberales no significa nada, para mí no hay sino gente buena y gente mala, gente de trabajo y vagabundos, gente de orden y bochincheros. Aquí lo que importa es reunir toda la gente buena para imponerle respeto a los vagabundos y poner este país a trabajar.

9

Audiencia hasta para los enemigos:

Allí iban a ir llegando, a su audiencia ceremoniosa, uno por uno, de vuelta del destierro. Sus nombres más que a la crónica de ayer pertenecían a los corridos, a los galerones y a la imaginación popular. Jefes de disueltas monteras, veteranos de vericuetos, protagonistas de viejos asaltos y revueltas, arrancados de sus tierras y sus gentes y ahora de regreso al país al rescoldo de una nueva esperanza. Con sus viejas levitas de amortajados, sus bastones de puño de oro, sus abultados revólveres, sus bigotes hirsutos y sus sienes varicosas.

10

El gallero Gómez:

Su compadre don Ramón Monroy vino a buscarlo para ir a los gallos. Desde sus días campesinos lo fascinaban las riñas de gallos. Los sabía criar y escoger, cuidarlos y prepararlos para el combate. Amaba de un modo instintivo aquel animal acometivo y valiente, erguido y desafiante, lleno de vida y de sangre que le alegraba las madrugadas de trabajo y las mañanas de los domingos. Desde que había llegado a la ciudad tenía en una casa su gallero con su cuerda de gallos. Ahora podía tener los más finos, los más caros. Se los regalaban. Aves casi heráldicas criadas para la pelea en Inglaterra o en España. Hijos y nietos de famosos campeones. Lentamente iban adquiriendo la forma y la postura del combate. Les afeitaban al rape las plumas del lomo y del cuello, les cortaban la cresta de raíz, les desnudaban los muslos, para ofrecer menos presa al pico contrario. Solos, esquemáticos, erguidos, en sus jaulas de madera, parecían animales de brujería. El gallero les amolaba las finas y largas espuelas.

 

-El sangriento y breve drama del pequeño redondel parecía concentrar toda la atención. Golpes de suerte cambiaban, momento tras momento, la situación de los gallos y de los apostadores. Subía y bajaba la oleada de voces y el entrecruzado tejido de las apuestas. Todo lo que al comienzo había sido velocidad y fulgurante acometida de los combatientes, iba perdiendo ímpetu. Las alas descolgadas, las cabezas cubiertas de sangre tirando agotados picotazos al vacío, los animales de pelea se enfrentaban, pesados y lentos, cada vez más torpemente, en una solitaria danza de la muerte. Al final recogían al gallo muerto, plegado en el suelo como un haz de plumas sucias, o al gallo ciego y perdido en una espesa sombra de sangre.

11

Gómez: A mí no me importa la presidencia, para recibir diplomáticos y asistir a recepciones y ponerse levitas apretadas. A mí lo que me interesa es el mando y ése lo tengo aquí con el ejército.

12

Prato (Castro) había muerto en una Antilla. Solo, pobre, cascarrabias, lleno de arrebatos, depresiones y nostalgias. Tomaba el tranvía de los pobres, paseaba las retretas municipales, donjuaneaba a las maritornes y se erguía como un gallo maltrecho cuando alguien le recordaba su pasado de esplendor

-Pasaban como oscuras oleadas de piernas, de sombras, de pisadas. El torrente pasaba sobre él. Filas oscuras lo dejaban. Olvidado y aturdido. O más bien, tal vez, remontaba, contra la corriente de los pasos, insensible y torpe. Regresaba y se iba remontando el flujo rumoroso que lo cubría. Trancos, pisadas, holladuras, ringleras de pasos y pies. Sin nombre y sin memoria hasta dejar de ver.

 

FRASES

1

Preso es preso y su apellido es carajo.

2

La cárcel se hizo para los machos.

3

El hombre puja, pero no llora.

4

El que guarda, encuentra.

5

Nadie sabe su destino, compadre. Usted mismo no sabe el suyo. Ni yo el mío. Pero tenemos coraje para abrirnos camino hasta donde sea.

6

¿Usted ha visto que el tigre se confía? Ni el venado tampoco. El que se confía es un pendejo.

7

No hay que casarse. El hombre debe vivir solo, sin amarrarse con nadie, sin apersogarse. Sin ninguna mujer que le reclame y que le grite. Sin nadie que venga a pedirle cuentas de lo que hace.

8

Sin la noción del pecado no habría ni belleza, ni grandeza moral en el mundo. Toda la Divina Comedia es el poema del pecado.

9

¿Para qué quieren ellos un hombre honesto y respetuoso de las leyes en la presidencia? Sería lo peor que podría pasarles. Lo que quieren es uno igual a ellos, que hable su mismo idioma de picaros y con quien les sea fácil entenderse.

10

Los hombres buenos están condenados a fracasar, son los bellacos los que triunfan.

11

Nunca hemos respetado la virtud y las repúblicas se hacen con virtudes.

12

La revolución francesa se hizo, pero con una guillotina funcionando día y noche. Aquí nunca han castigado sino a los pendejos

13

Si fuéramos a llorar nuestras desgracias no tendríamos lágrimas.

14

El que tiene, tiene, y el que guarda, encuentra.

15

El que debe no tiene nada, ni siquiera tranquilidad.

16

Hay que arroparse hasta donde alcanza la cobija.

17

Nada es más poderoso que la palabra y nadie es más grande que el poeta.

18

El diablo ayuda a Dios, pensaba, y el perro al tigre. Se necesitan.

19

Los consejeros de Gobierno, tendrían sueldos y rango de ministros. Tendrían todos los atributos del poder, menos el poder.

20

Él (Gómez) sabía quiénes estaban en cada cárcel, en cada castillo, quiénes llevaban grillos y quiénes no.  “Mejor están presos que muertos”.

21

Yo no puedo hacer las cosas pensando en lo que dirán los enemigos, sino en la conveniencia del país.

22

Si no les gusta es porque es bueno para mí.

23

El poder es también miedo y muerte.

24

Yo encontré este país como una casa en ruinas y he hecho de él una casa con cimientos sólidos.

25

Hay dos cosas que quiero mucho: el ejército y el trabajo.

26

Quien habla de muerte, trae la muerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

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